martes, 30 de octubre de 2012

Gerardito


Gerardito, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Hola. Me llamo Gerardito y tengo cuatro años. Mi amo se llama Gerardo y tiene más de sesenta. Estoy esperándole porque está comprándose unos pantalones, y mira que hace malísimo. Lleva un día de perros después de la conversación que ha tenido, por teléfono, con uno de sus amigotes. ¿Os la cuento? …qué… ¡Vale!

--- Si. Si ya lo sé, hombre…. Ya… pero tranquilízate. A ti qué te va y que te viene (Le dice mi Gerardo a su amigo)
--- Sí,… ya,… bueno,… vale (Mi Gerardo le deja hablar al que está al otro lado del teléfono)
--- Si es que te va a dar algo…. Bueno. Hasta luego. (Cuelga, me mira, y voy hacia él meneando mi rabito para que me rasque entre las orejas)

Mientras me rasca entre mis orejas, y me tiro al suelo con mis patitas hacia arriba para que me acaricie la barriguita, me habla. Y es que yo, para Gerardo, soy más que un confidente.

--- Ay, Gerardito, que bien vives sin amigos pesados. Éste, está preocupado por la economía, por la sanidad, por la educación, por las pensiones, por España, por... Y no se acuerda de que todo es cambio. Si revisara la historia de la humanidad vería que siempre han ocurrido cosas parecidas. Cambio. Lo importante es vivir… experimentar el cambio.

jueves, 25 de octubre de 2012

Carta a mi amigo Satur - 25 de Octubre de 2012


Qué tal chavalete.

Te doy las gracias por los extractos de El Pais que me has enviado esta mañana. Sí, lo tenemos jodido. En economía: mejor no hablar. Ya estoy pensando en el cuándo nos van a tocar las pensiones a los jubiletas recientes. Porque bajarlas nos las van a bajar, seguro. En lo del PSOE, ¡¡fuuu!! Lo tienen mal. ¿Se recuperaran? o están en fase terminal. Los del P.P., los jodíos, están contentos con el resultado de Galicia. Los vascos... veremos. Y en cuanto a los catalanes.... de esto es de lo que te quiero escribir.

El domingo, ya sabes, haciendo zapping, en la sexta me topé con la Entrevista de Jordi Évole a Artur Mas .En total son 50 minutos. Ya estaba empezada y los treinta y cinco minutos últimos los seguí con gran atención. Te aconsejo que la veas si tienes tiempo. Bueno, el Jordi es catalán, pero yo le vi muy de “periodista equilibrado”. Me gustó. Y escuché al señor Mas. Y habla bien, hay que reconocerlo. Y no es el diablo. El tío es guapo. Sabe expresarse y no pone cara de cabreado o de estreñido, ni hace guiños. Lo tiene claro.

A mí, Satur, no me gusta vivir con quien no quiere vivir conmigo. ¿El divorcio? No me gusta. Destroza a todas las partes. Se enervan los ánimos. Crecen los defectos del otro. Pero lo prefiero a convivir con peleas. ¡¡Ya!!. Poco tiempo. Tú para allá, yo para aquí, o viceversa. Prefiero la ruptura a estar aguantando el que constantemente, toda la vida, me digan que no le quiero, que no le respeto, que me da de comer, que sin mí estaría mejor. A “tomar-por-saco”, tú para allá, yo para allí. Sí, sigo hablando de Cataluña, qué creías.

Hay un tema del que quiero que hablemos en nuestra próxima “tertulia”, Satur. Nuestro proyecto como país, nación, o como haya que llamarlo. Si quieres que te diga algo que no quiero que se lo digas a nadie porque me da un poco de vergüenza, me dio envidia cuando el Sr. Mas dijo que ellos, el pueblo de Cataluña, aunque pudieran pasarlo mal al independizarse de España, tienen un proyecto ilusionante, o algo parecido. Querido Satur, nosotros, los españoles, los madrileños, los castellanos, o como quieras que nos llamemos a partir de ahora no lo tenemos.

Estoy a favor de que, al pueblo de Cataluña, se les haga una pregunta, en referéndum, a la manera que quiere hacerla el honorable Mas. Sí. Me parece bien. ¿Quiere que Cataluña se convierta en un nuevo estado de la U.E.? O algo parecido. Estoy seguro que la mayoría contestará “SI”. Un porcentaje muy elevado, elevadísimo dirá que “SI”.

Tengo muchos amigos catalanes. Algunos, muchos, descendientes de familias del resto de España. Es igual, ellos también estarán en el “SI”. La gran mayoría se sienten como una Nación sin estado. Y quieren ser un estado homologable a, Francia, Malta, Croacia, Alemania, etc. Y muchos, muchísimos, se sienten muy agraviados con el trato que el resto de los pobladores de la Península Ibérica, quitando a Portugal y sumando los dos archipiélagos, les damos. Siempre han tenido envidia a los vascos por lo del concierto. A los madrileños nos hubiera gustado, también, tener los fueros vascos y navarros, claro que sí, pero no les envidiamos. Dicen, los catalanes, que son los que más impuestos pagan. Los madrileños pagamos igual o más pero no nos quejamos. Sí, menos mal que esta carta no la va a leer ningún catalán, porque ¿no crees, Satur, que nuestros amigos catalanes son unos “lloricas”? A mí, que quieres, cada vez soporto menos su victimismo, su constante “piar” y echarnos las culpas de todo. Seguro que algo haremos mal, vale. ¿Todo? No jodas.

Y es que, Satur, quitando algunas veces que me han dicho que los castellanos íbamos a Cataluña a matarles, y yo les contestaba que yo nunca he sido consciente de ello, y que aseguro y certifico que ni mi abuelo, ni mi padre ni este tu servidor, nunca hemos matado a nadie y menos a un catalán. Pues bien, te decía que, quitando cosillas como éstas, siempre les he admirado. De joven valoré su responsabilidad y seriedad en el trabajo. Ya, más mayorzote, les admiré su gusto artístico. De viejo, lo que más les valoro es su gastronomía. Qué bien cocinan, los jodíos. Qué pan, que tomate, que aceitito… ¡Guauuu!. Yo soy un incondicional del pan con tomate en el desayuno. Me lo han enseñado ellos. ¿Y qué me dices de la escalibada, y de la exqueisada de bacalao? ¡¡Madre mía!! Y las monchetas, y las butifarras…. Y qué quieres, me gusta el sonido de su lengua. El catalán es una lengua importante. Y admiro su sentido de la amistad.

Pero bueno, sí quieren volar, que vuelen. Yo también soy partidario de que se haga otra pregunta al resto de los españoles. Algo como esto: ¿Acepta que Cataluña se independice de España? Creo que es justo. Yo diría que sí, que quiero que Cataluña cree su propio estado fuera del nuestro. Pero esta pregunta debería ser tan resolutiva como la primera. Muchos españoles pueden pensar que el patrimonio que está en el noreste de España es de todos los españoles y podrían responder que “NO”. Habría que aceptarlo. Y el gobierno, con la respuesta que saliera de esa votación, tendría que tomar las acciones oportunas. Si es que “SI”: hacer todo facilísimo para la escisión. Y si es que “NO” forzar la maquinaria para que, al menos, en Europa no se reconozca al Ente que salga de la separación no consentida. También te digo una cosa, sabiendo que no nos leen catalanes: yo siempre he dado prioridad a la compra de productos españoles. Seguiré haciéndolo. El voto es la mejor herramienta democrática. El que ejercemos todos los días en el supermercado es un voto decisivo. Yo compro primero lo que fabrica mi pueblo, luego mi provincia, mi país, y luego lo europeo. ¡¡Ya!! Vale, me has pillado. Que el Ipad es de Apple y es americano… De acuerdo, me has pillado, pero yo me compro el Ipad porque me da la gana. ¿Vale?

Te deseo lo mejor, amigo Satur.

“Una abraçada”.

domingo, 21 de octubre de 2012

Carlitos


Carlitos, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

--- Qué haces con esa cosa negra en las manos.
--- Te estoy haciendo una fotografía.
--- Para qué.
--- Es que eres muy guapo. Y tan tierno. Ayyyy, qué cosita. ¡¡Miiissssiiiiiii!! Qué carita. ¡¡Gordito!!
--- Oye, macho, vamos a llevarnos bien. Me llamo, Carlitos. Y dice mi padre que a los gordos cursis como tú ni miau. ¡¡¡ Fiuuuuuuuuuuu !!!

martes, 16 de octubre de 2012

... y ahora, me toca a mí.


Les dejé a los dos que siguieran desayunando y yo salí a la terraza del hotel a hacer fotos. Volví a entrar y me los encontré riendo descaradamente. Antonio, mi amigo, le contaba algo a Merche.

--- De qué os reís.
--- Antonio me estaba contando sus sensaciones del masaje de anoche. (Y continuaron las carcajadas de ella)

Aunque a Antonio le había dado hora para las 20:30 y a mí para las 21:00, bajamos juntos. En albornoz y con zapatillas entramos al Hammam. Ya nos esperaba el masajista turco del hotel. En perfecto castellano nos dijo que nos quitáramos los albornoces y nos cubriéramos con un “trapillo”. Entrad juntos: os lo voy a hacer a los dos, a la vez. Antonio y yo nos miramos pudorosos y entramos.

Era una sala redonda de unos 6 metros de diámetro con una cúpula preciosa. Todo de mármol blanco. Limpísimo. Mucho calor. Olía muy bien. Nos sentamos en unos poyetes. Abrió uno de los grifos de las muchas fuentes de la sala y, con un cubo, nos empapó con agua casi hirviendo. En la mesa redonda marmórea del centro puso unas toallas paralelas y nos indicó que nos tumbásemos boca arriba. Más cubos con agua muy caliente. El sonriente y fuerte turco se puso unas manoplas blancas. Peeling lo llaman los ingleses, exfoliación las españolas. Con el guante, pin-pan, pin-pan, zis-zas, zis-zas, delante, atrás, me trajinó primero a mí. Luego lo mismo a Antonio. Abrí un poquito los ojos y vi que en el guante había unas pelotillas negras. Antonio dijo que era del verano, del moreno, mierda cochina digo yo. Al terminar con él, empezó conmigo echándome espuma de jabón por todo el cuerpo. No puedo indicar la técnica porque yo estaba con los ojos cerrados disfrutando del calorcito, de lo limpito y del olor tan rico a jabón. Luego a Antonio. De pronto, aunque estuviera con él, sin avisar, me echaba un cubo de agua fría. ¡¡Guauuuuu!!. Todavía con mi traje de espuma empezó a manipular mi cuello, brazos, muslos… ¡¡Madre mía!! ¡¡No veas!! Luego a Antonio. Después de un buen rato cubos y cubos, a los dos, de agua caliente y fría. Nos levantamos como pudimos y, en otra sala, descansamos, cubiertos con toallas, casi media hora. Luego a la habitación y a dormir. ¡¡Madre del amor hermoso!!

--- Antonio me contaba que ayer, encima de la mesa, él estaba boca abajo con los ojos cerrados y escuchaba que tú decías en voz susurrante : ¡¡ahhh!!, ¡¡guauuuu!!, ¡¡uyyyy!! ¡¡madre mía!!, y que pensó: “Qué le estará haciendo a éste… y ahora, me toca a mí”

domingo, 14 de octubre de 2012

En el gran bazar de Estambul


--- ¿Italiano?, ¿Catalán?
--- No, español.
--- ¿De qué ciudad?
--- De Segovia, y de Madrid.
--- ¿Con quién va?
--- Con mi mujer y mi amigo...
--- No, que de qué equipo de fútbol es usted.
--- Del Rayo Vallecano y del Real Madrid. ¿Y tú?
--- Mi padre dice que del Galatasaray aunque a mi me gusta el Fenerbahce.
--- Ya. Y, dime, cuánto cuesta esta lamparita.
--- 200 Liras.
--- ¿Estás loco? Si la he visto aquí al lado a menos de la mitad.
--- 190. Por ser para usted y porque juegan Khedira y Özil en el Madid, 190 Liras.
--- Ala-vete-salmonete. Y me fui.

jueves, 11 de octubre de 2012

En la inopia.


En la inopia., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Qué me ha pasado. Qué me está pasando. Qué me va a pasar. Estoy siendo consciente de que entro en la vejez. No tendría que ser malo. Es lo que es. Y, yo siempre había pensado que estaba preparado para aceptar el cambio de sano a enfermo, el cambio de rico a pobre, el cambio de… Llevo meditando muchos años y he experimentado, en repetidas ocasiones, a Anicca (El Cambio). “Todo cambia”. Sí. Lo sé. Y lo sé por el intelecto y por las sensaciones. Sí, lo sé. Pero ya estoy jubilado, ya no puedo trabajar, ya no voy a estar….

Tengo sesenta y un años. Estoy sano. No soy pobre. Tengo pareja. Algunos amigos me hacen caso y hasta puedo hablar con ellos de lo que yo quiera hablar. Tengo aficiones. Mi lado espiritual lo trabajo. Mi faceta artística la disfruto. Mi capacidad amatoria la practico… lo que se puede. Mi mente, todavía, se acuerda de muchas cosas. Las chicas, y no es porque yo lo diga, me hacen ojitos (jajaja). Mi sentido del humor no lo he estropeado. Me siento querido y yo quiero. ¿Entonces…?

Admiro y, en cierta forma, envidio a las mujeres. Una mujer no se jubila. Puede dejar de trabajar fuera de casa por un sueldo, pero ella siempre tiene que hacer cosas en su hogar, en su guarida. Cuida a su familia, se cuida ella. El tiempo lo mastica con deleite. Sabe que pasan los años. Lo siente desde muy niña en su cuerpo. En la luna. Y pone tiritas al cambio. Pelo blanco: tinte. La vida es más real para ellas. Es muy importante comprar azúcar porque hoy va a hacer un bollo. Sí, es verdad que tiene que aguantar al pavo que le toque al lado, que casi siempre está en la inopia pensando en crisis materiales y existenciales. A ellas les duele la barriga pero compran laurel porque hay que poner unas patatitas. Y se quitan todos los pelos que les sobran.

sábado, 6 de octubre de 2012

Dilara y Elma


Dilara y Elma, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Elma es más tranquila. Es mayor que Dilara y es más tranquilita. La pequeña Dilara es tímida. Le gusta mucho un gato marrón con cola larga y gruesa. No sabe su nombre porque como es tan tímida nunca se lo ha preguntado. El gato grandote marrón con cola larga pasa muy a menudo cerca de las dos hermanas. Las mira. Ladea la cabeza y sigue andando. Elma que es tranquila, aunque le observa, le deja pasar: no le hace mucho "fiu". Pero, en cambio, Dilara, la pequeña, la tímida, le mira, le remira y observa con deleite el caminar del gato grande, marrón y con cola larga y gruesa.

Hace unos días, mientra Elma estaba acostadita haciendo la siesta, Dilara estaba muy atenta por si el gato marrón de cola larga pasaba. Y pasó. El gatazo marrón venía envalentonado porque había vencido en casi mortal combate a un gato gris más grande que él. Las miró con descaro. Elma siguió dormitando. Pero Dilara, con el corazón acelerado, venciendo su timidez, se dirigió al gato y le preguntó por su nombre.

--- Iskander. Así me llamaba mi madre. Iskander. Me dijo que me parezco mucho a mi padre que se llamaba Alejandro. Era griego. Y tú ¿cómo te llamas, gatita?.
--- Me llamo Dilara.

A partir de aquel día Dilara sabe que muchos de sus gatitos se llamarán o Iskander o Alejandro. Que “requetemiaumiau” es su novio marrón de cola gorda.

jueves, 4 de octubre de 2012

Mezquita de Suleiman el Magnífico en Estambul


Desde el hotel hicieron lo que les había recomendado la relaciones públicas. Cruzais la calle, llegais a la plaza, os encontrareis unas puertas muy grandes que son de la Universidad, a su izquierda sale un calle, bajad por ella y, sin problemas, encontrareis la mezquita.

Era por la tarde, todavía no se había creado la riada de gente. Faltaban dos o tres horas aún. Cuando cae la tarde y se han cerrado los comercios, con una rapidez digna de disfrutar de un buen té sentado en alguna de sus terrazas, la gente, casi en tromba, atraviesa la plaza de la Universidad para bajar por aquellas calles a coger los barcos que les llevarán a sus casas en Asia. Todavía era pronto.

Disfrutaron de esa magnífica mezquita. Bella, grande, llena de paz y de espiritualidad. Y se separaron cada uno para hacer fotos y orinar. Él se acerco al fondo de un jardín donde se divisaba el Bósforo. Y entonces... ocurrió.

No le creyeron cuando les contó que algún ángel musulman le elevó del suelo y allí, abajo, vió a unos personajes blancos con los brazos extendidos, una mano hacia arriba y la otra hacia abajo, la cabeza un poco inclinada. Escuchó una música hipnótica, les vio bailar. Sus faldas tenían vida. El ángel le bajó lentamente y él se incorporó rodando a esa comunión con los hombres que giraban... y giraban ...y giraban.... Aquello tardó una eternidad.