jueves, 20 de diciembre de 2012

Deseo de paz desde Segovia


Queridos amigos, lo primero que quiero es pediros disculpas. No os dedico el tiempo que merecéis. Perdonadme.

Lo segundo es pediros disculpas, en especial a los catalanes, si es que en alguna ocasión os he ofendido. Perdonadme.

Y en tercer lugar, permitidme que este espacio lo dedique a mandaros mis mejores deseos para que seáis felices, os llenéis de paz, y os liberéis de vuestro sufrimiento.

Un fuerte abrazo.

martes, 11 de diciembre de 2012

¿ Barbarroja ?


¿ Barbarroja ?, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Me acerqué. Le pregunté por el precio, por los ingredientes, por cómo le iba el negocio. Por la crisis, por el fútbol. Sí. Hablamos del Real Madrid, del Atleti, del otro... sí, hombre..., de ese equipo que lleva la camiseta con rayas granates y azules... Y también hablamos de los suyos: del Galatasary, del Beksitas... Se sabía, de corrido, la alineación del Madrid de los Del Bosque y Santillana y Buyo y Sanchís… El fútbol le apasionaba.

Le compré una rosquita y mientras la masticaba me contó sus aventuras de… Me da no sé qué. Bueno, adelante. Y es que mi amigo había sido pirata. En otras vidas claro, no ahora. En el pasado, muy pasado, mi nuevo amigo había sido aventurero a las órdenes de un comandante que me pareció entenderle que le llamaban “Barbarroja”, no me hagáis mucho caso. Cuando hablaba de él casi se ponía firmes y se le saltaban las lágrimas. Qué botines. Qué mujeres. Que alegres chisporroteaban sus ojillos contándome sus historias de piratas. Qué rica estaba aquella rosquilla, que…

--- Oye, Jesús. Que historia tan rara nos estás contando hoy. Y ¿en qué idioma os entendías tan fluidamente?

--- Buenoooooo. Ya empezamos. ¡¡ Vamos a ver !! ¿Es que uno, en su galería, no puede contar las historias que le dé la gana? Pero, muchacho, déjame en paz. Con lo agustito que estaba. Se me ha atragantado la rosquilla de los coj….

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cosme el herrero y su burrito Troncho.


Dicen que un día, un hombre fuerte y alto, vecino de uno de los barrios del otro lado de la muralla, vino a Segovia a entregar unos trabajos que le habían encargado. Era herrero. Se llamaba Cosme y aunque ya tenía treinta y cinco años todavía andaba soltero por la vida.

Tenía pocos amigos nuestro herrero Cosme. Quizás la razón fuese porque ya nació sin poder llorar. Y, ahora, todavía, a su edad, ningún sonido había salido de su boca, abrigadita por un gran bigote pelirrojo.

Aquella mañana, Cosme subía por la calle Real de Segovia anticipándose a su burrito Troncho que portaba las rejas del encargo. El herrero siempre miraba hacia abajo al andar. No quería saludar ni que le saludasen. Pero hete aquí que la Fortuna quiso que un trocito de hoja se le metiera en la nariz y obligara a nuestro bigotudo pelirrojo a alzar la cabeza para estornudar. Cosme, con la cabeza hacia atrás, abrió los ojos y…. la bella Sirena apareció.

La miró. La miró. Se le olvidó estornudar. Troncho, su burrito, se paró. El tiempo, también, se paró para el rojo herrero. Su corazón latía fuerte. Latía. Pac-pac-pac-pac. Su respiración se aceleró. Su fuerte pecho subía y bajaba rápidamente. Abrió la boca…. Y….

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Paseo por La Granja de San Ildefonso - 2012-12-02 - con Julia


A mí me lo han dicho aunque, claro está, yo no puedo asegurarlo. Me lo han contado en épocas distintas y en variados estados mentales. Dicen que: "Se recolecta lo que se planta".

--- Pablo estaba pensando, al caminar junto a su amigo Leandro, lo roñoso que era Leandrito mientras, al lado de Pablo, una señora vestida de gitana rumana le pedía dinero y él ni caso le hacía.

--- Mariano pensó, al meterse en la mochila un paquete de hojas blancas de la fotocopiadora para los trabajos que su hijo Marianito hace en el cole, "Que les den por ahí".

--- Perico, un día, que por la radio entrevistaban a un entrenador de futbol se acordó de cuando jugaba él de portero en el equipo del barrio. ¿Cuánto tiempo hace de eso?, se preguntó. Y entonces, se dio cuenta de que los mayores de sesenta ya no pueden jugar al futbol.

Y me han dicho también en otras ocasiones: "Siempre encontrarás un espejo para verte".... si es que, de verdad, quieres ver la realidad.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Estambul


Estambul, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Mi amigo Pascual sabía que en Septiembre habíamos estado una semana de vacaciones en Estambul. Yo se lo había dicho.

--- Fíjate por dónde (me contestó Pascual) que yo tengo que ir pronto allí a resolver unos asuntos.
--- Qué asuntos (le pregunté inocente de mí).
--- Unos asuntos... (Y pascual no dejó posibilidad a continuar con el tema de Estambul)

La semana pasada recibí un correo electrónico de Pascual. "Ayúdame Jesús. Por favor. Ponte al habla con Zhacary…" No decía nada más. No le hice mucho caso porque como mi amigo Pascual Güito está siempre jugando a los detectives pensé que era una broma. Que va. ¡¡Madre mía!! No sé si contarlo o no. ¿Qué hago? (Valor Jesús, de cobardes no hay nada escrito)

Esta misma tarde he llamado a Zacarías que es como se llama el novio de Pascual. Casi llorando me ha dicho que la última vez que había hablado con Pascual fue hace cinco días en el Puente Gálata de Estambul. Allí se cortó la comunicación.

--- Zhacary, ¿Qué estaba haciendo en Estambul Pascual? (le pregunté)
--- Le habían encargado, y no puedo decirte quién, que siguiera a un ejecutivo de una gran empresa para confirmar que estaba pasando secretos a la competencia. Pascual tenía que espiar a un posible espía. Sabía que el directivo tenía que verse con alguien del mundo árabe en el Bazar Egipcio, también llamado de las especias. ¡¡Fíjate!! (Y en este punto Zacarías se soltó a llorar a moco tendido).
--- Cálmate Zhacary. Habrá que hablar con el Cónsul español en Estambul. Seguro que a Pascual no le ha pasado nada.

--- ¿Que no? Cómo no voy a llorar. Hace un ratito he recibido un SMS de Pascual diciéndome: “Lo siento Zhacary, he conocido a Hamed, me he enamorado y me quedo a vivir en Estambul”.

martes, 27 de noviembre de 2012

Ribavellosa (La Rioja) - otoño de 2012


Sí, escucha. Escucha. No hables. Haz lo que yo te vaya indicando.

Lleva la flechita de tu ratón a la zona media de la foto. Apreta el botón izquierdo. ¿Ya? Verás que es la misma foto pero con el fondo en negro. Es mejor.

Lleva tu vista a un punto casi negro abajo a la izquierda. Desde allí sigue el camino hasta, más o menos, el centro de la foto. Sube la vista y quédate en una zona amarilla. No parpadees durante ocho segundos. Ni más ni menos: ocho. Después, cierra los ojos durante otros ocho segundos y luego los abres despacio. Despacito. Y te vas a...

Claro... estás dentro. ¿Me ves? Qué tal... respira hondo como me ves que yo estoy haciendo. Sí, sí… puedes reírte. Sigue respirando despacito por la nariz. Lleva tu atención ahora a las palmas de las manos. Estate un ratito en las palmas. Un ratito… Sigue andando a mi lado. A que no estoy tan gordo. ¿Te gusta mi gorra? Sigue respirando despacito. ¿Estás bien?... Qué bien huele. Hace fresquito. Seguimos andando. Y ahora: cierra los ojos durante doce segundos....

Qué bien huele el otoño ¿a que sí?

martes, 13 de noviembre de 2012

Qué bien huelen las mujeres.


--- Qué...
--- Perdón. ¿Es a mí?.
--- Claro, a quién si no.
--- Sí, Dígame.
--- Pero, hombre de Dios, ¿no tenía hoy que escribir un cuentecito sobre mujeres que huelen a diosas?
--- Pues no me acuerdo. ¿Le dije yo que....?. No me acuerdo. El caso es que este fin de semana hemos estado en Guipuzcoa y...

martes, 6 de noviembre de 2012

Mi Sirena.


Mi Sirena., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Ya la conocía. La había visto en variadas ocasiones. Caminando solo o acompañado siempre la miré. Y me gustaba. Pero, ay amigos, el amor es traicionero. Se esconde, el muy maligno, en cualquier soplito de aire. No sé que va a ser de mí a partir de ahora. ¡¡Ay!!.

Ocurrió este sabado pasado. Subía con mi cámara hacia la Plaza Mayor de mi Segovia. Iba alegre y disfrutando del otoño húmedo. Llegué a la plaza y saludé, como siempre hago, a mi amigo Juan Bravo dándole las gracias por eso de los Comuneros. Vi a su hermana a lo lejos. Moví la cabeza y la miré. ¡¡Zas!! Mis ojos fueron a sus ojos y luego a sus pechos. Sentí que me acongojaba. Estaba sofocado, casi no respiraba. Volví a mirarla y... me guiño. Os lo juro: me guiño con esos ojos divinos. Y me habló. Me decía cosas suaves y dulces. Y la olí. La fragancia adictiva salía de su pecho generoso. Ya no pude pensar. Pasó el tiempo. Mis sentidos iban detrás de su hermosura.... ¡¡Ay!!.

Por Dios, no decírselo a mi mujer. ¡¡Ay!!.

martes, 30 de octubre de 2012

Gerardito


Gerardito, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Hola. Me llamo Gerardito y tengo cuatro años. Mi amo se llama Gerardo y tiene más de sesenta. Estoy esperándole porque está comprándose unos pantalones, y mira que hace malísimo. Lleva un día de perros después de la conversación que ha tenido, por teléfono, con uno de sus amigotes. ¿Os la cuento? …qué… ¡Vale!

--- Si. Si ya lo sé, hombre…. Ya… pero tranquilízate. A ti qué te va y que te viene (Le dice mi Gerardo a su amigo)
--- Sí,… ya,… bueno,… vale (Mi Gerardo le deja hablar al que está al otro lado del teléfono)
--- Si es que te va a dar algo…. Bueno. Hasta luego. (Cuelga, me mira, y voy hacia él meneando mi rabito para que me rasque entre las orejas)

Mientras me rasca entre mis orejas, y me tiro al suelo con mis patitas hacia arriba para que me acaricie la barriguita, me habla. Y es que yo, para Gerardo, soy más que un confidente.

--- Ay, Gerardito, que bien vives sin amigos pesados. Éste, está preocupado por la economía, por la sanidad, por la educación, por las pensiones, por España, por... Y no se acuerda de que todo es cambio. Si revisara la historia de la humanidad vería que siempre han ocurrido cosas parecidas. Cambio. Lo importante es vivir… experimentar el cambio.

jueves, 25 de octubre de 2012

Carta a mi amigo Satur - 25 de Octubre de 2012


Qué tal chavalete.

Te doy las gracias por los extractos de El Pais que me has enviado esta mañana. Sí, lo tenemos jodido. En economía: mejor no hablar. Ya estoy pensando en el cuándo nos van a tocar las pensiones a los jubiletas recientes. Porque bajarlas nos las van a bajar, seguro. En lo del PSOE, ¡¡fuuu!! Lo tienen mal. ¿Se recuperaran? o están en fase terminal. Los del P.P., los jodíos, están contentos con el resultado de Galicia. Los vascos... veremos. Y en cuanto a los catalanes.... de esto es de lo que te quiero escribir.

El domingo, ya sabes, haciendo zapping, en la sexta me topé con la Entrevista de Jordi Évole a Artur Mas .En total son 50 minutos. Ya estaba empezada y los treinta y cinco minutos últimos los seguí con gran atención. Te aconsejo que la veas si tienes tiempo. Bueno, el Jordi es catalán, pero yo le vi muy de “periodista equilibrado”. Me gustó. Y escuché al señor Mas. Y habla bien, hay que reconocerlo. Y no es el diablo. El tío es guapo. Sabe expresarse y no pone cara de cabreado o de estreñido, ni hace guiños. Lo tiene claro.

A mí, Satur, no me gusta vivir con quien no quiere vivir conmigo. ¿El divorcio? No me gusta. Destroza a todas las partes. Se enervan los ánimos. Crecen los defectos del otro. Pero lo prefiero a convivir con peleas. ¡¡Ya!!. Poco tiempo. Tú para allá, yo para aquí, o viceversa. Prefiero la ruptura a estar aguantando el que constantemente, toda la vida, me digan que no le quiero, que no le respeto, que me da de comer, que sin mí estaría mejor. A “tomar-por-saco”, tú para allá, yo para allí. Sí, sigo hablando de Cataluña, qué creías.

Hay un tema del que quiero que hablemos en nuestra próxima “tertulia”, Satur. Nuestro proyecto como país, nación, o como haya que llamarlo. Si quieres que te diga algo que no quiero que se lo digas a nadie porque me da un poco de vergüenza, me dio envidia cuando el Sr. Mas dijo que ellos, el pueblo de Cataluña, aunque pudieran pasarlo mal al independizarse de España, tienen un proyecto ilusionante, o algo parecido. Querido Satur, nosotros, los españoles, los madrileños, los castellanos, o como quieras que nos llamemos a partir de ahora no lo tenemos.

Estoy a favor de que, al pueblo de Cataluña, se les haga una pregunta, en referéndum, a la manera que quiere hacerla el honorable Mas. Sí. Me parece bien. ¿Quiere que Cataluña se convierta en un nuevo estado de la U.E.? O algo parecido. Estoy seguro que la mayoría contestará “SI”. Un porcentaje muy elevado, elevadísimo dirá que “SI”.

Tengo muchos amigos catalanes. Algunos, muchos, descendientes de familias del resto de España. Es igual, ellos también estarán en el “SI”. La gran mayoría se sienten como una Nación sin estado. Y quieren ser un estado homologable a, Francia, Malta, Croacia, Alemania, etc. Y muchos, muchísimos, se sienten muy agraviados con el trato que el resto de los pobladores de la Península Ibérica, quitando a Portugal y sumando los dos archipiélagos, les damos. Siempre han tenido envidia a los vascos por lo del concierto. A los madrileños nos hubiera gustado, también, tener los fueros vascos y navarros, claro que sí, pero no les envidiamos. Dicen, los catalanes, que son los que más impuestos pagan. Los madrileños pagamos igual o más pero no nos quejamos. Sí, menos mal que esta carta no la va a leer ningún catalán, porque ¿no crees, Satur, que nuestros amigos catalanes son unos “lloricas”? A mí, que quieres, cada vez soporto menos su victimismo, su constante “piar” y echarnos las culpas de todo. Seguro que algo haremos mal, vale. ¿Todo? No jodas.

Y es que, Satur, quitando algunas veces que me han dicho que los castellanos íbamos a Cataluña a matarles, y yo les contestaba que yo nunca he sido consciente de ello, y que aseguro y certifico que ni mi abuelo, ni mi padre ni este tu servidor, nunca hemos matado a nadie y menos a un catalán. Pues bien, te decía que, quitando cosillas como éstas, siempre les he admirado. De joven valoré su responsabilidad y seriedad en el trabajo. Ya, más mayorzote, les admiré su gusto artístico. De viejo, lo que más les valoro es su gastronomía. Qué bien cocinan, los jodíos. Qué pan, que tomate, que aceitito… ¡Guauuu!. Yo soy un incondicional del pan con tomate en el desayuno. Me lo han enseñado ellos. ¿Y qué me dices de la escalibada, y de la exqueisada de bacalao? ¡¡Madre mía!! Y las monchetas, y las butifarras…. Y qué quieres, me gusta el sonido de su lengua. El catalán es una lengua importante. Y admiro su sentido de la amistad.

Pero bueno, sí quieren volar, que vuelen. Yo también soy partidario de que se haga otra pregunta al resto de los españoles. Algo como esto: ¿Acepta que Cataluña se independice de España? Creo que es justo. Yo diría que sí, que quiero que Cataluña cree su propio estado fuera del nuestro. Pero esta pregunta debería ser tan resolutiva como la primera. Muchos españoles pueden pensar que el patrimonio que está en el noreste de España es de todos los españoles y podrían responder que “NO”. Habría que aceptarlo. Y el gobierno, con la respuesta que saliera de esa votación, tendría que tomar las acciones oportunas. Si es que “SI”: hacer todo facilísimo para la escisión. Y si es que “NO” forzar la maquinaria para que, al menos, en Europa no se reconozca al Ente que salga de la separación no consentida. También te digo una cosa, sabiendo que no nos leen catalanes: yo siempre he dado prioridad a la compra de productos españoles. Seguiré haciéndolo. El voto es la mejor herramienta democrática. El que ejercemos todos los días en el supermercado es un voto decisivo. Yo compro primero lo que fabrica mi pueblo, luego mi provincia, mi país, y luego lo europeo. ¡¡Ya!! Vale, me has pillado. Que el Ipad es de Apple y es americano… De acuerdo, me has pillado, pero yo me compro el Ipad porque me da la gana. ¿Vale?

Te deseo lo mejor, amigo Satur.

“Una abraçada”.

domingo, 21 de octubre de 2012

Carlitos


Carlitos, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

--- Qué haces con esa cosa negra en las manos.
--- Te estoy haciendo una fotografía.
--- Para qué.
--- Es que eres muy guapo. Y tan tierno. Ayyyy, qué cosita. ¡¡Miiissssiiiiiii!! Qué carita. ¡¡Gordito!!
--- Oye, macho, vamos a llevarnos bien. Me llamo, Carlitos. Y dice mi padre que a los gordos cursis como tú ni miau. ¡¡¡ Fiuuuuuuuuuuu !!!

martes, 16 de octubre de 2012

... y ahora, me toca a mí.


Les dejé a los dos que siguieran desayunando y yo salí a la terraza del hotel a hacer fotos. Volví a entrar y me los encontré riendo descaradamente. Antonio, mi amigo, le contaba algo a Merche.

--- De qué os reís.
--- Antonio me estaba contando sus sensaciones del masaje de anoche. (Y continuaron las carcajadas de ella)

Aunque a Antonio le había dado hora para las 20:30 y a mí para las 21:00, bajamos juntos. En albornoz y con zapatillas entramos al Hammam. Ya nos esperaba el masajista turco del hotel. En perfecto castellano nos dijo que nos quitáramos los albornoces y nos cubriéramos con un “trapillo”. Entrad juntos: os lo voy a hacer a los dos, a la vez. Antonio y yo nos miramos pudorosos y entramos.

Era una sala redonda de unos 6 metros de diámetro con una cúpula preciosa. Todo de mármol blanco. Limpísimo. Mucho calor. Olía muy bien. Nos sentamos en unos poyetes. Abrió uno de los grifos de las muchas fuentes de la sala y, con un cubo, nos empapó con agua casi hirviendo. En la mesa redonda marmórea del centro puso unas toallas paralelas y nos indicó que nos tumbásemos boca arriba. Más cubos con agua muy caliente. El sonriente y fuerte turco se puso unas manoplas blancas. Peeling lo llaman los ingleses, exfoliación las españolas. Con el guante, pin-pan, pin-pan, zis-zas, zis-zas, delante, atrás, me trajinó primero a mí. Luego lo mismo a Antonio. Abrí un poquito los ojos y vi que en el guante había unas pelotillas negras. Antonio dijo que era del verano, del moreno, mierda cochina digo yo. Al terminar con él, empezó conmigo echándome espuma de jabón por todo el cuerpo. No puedo indicar la técnica porque yo estaba con los ojos cerrados disfrutando del calorcito, de lo limpito y del olor tan rico a jabón. Luego a Antonio. De pronto, aunque estuviera con él, sin avisar, me echaba un cubo de agua fría. ¡¡Guauuuuu!!. Todavía con mi traje de espuma empezó a manipular mi cuello, brazos, muslos… ¡¡Madre mía!! ¡¡No veas!! Luego a Antonio. Después de un buen rato cubos y cubos, a los dos, de agua caliente y fría. Nos levantamos como pudimos y, en otra sala, descansamos, cubiertos con toallas, casi media hora. Luego a la habitación y a dormir. ¡¡Madre del amor hermoso!!

--- Antonio me contaba que ayer, encima de la mesa, él estaba boca abajo con los ojos cerrados y escuchaba que tú decías en voz susurrante : ¡¡ahhh!!, ¡¡guauuuu!!, ¡¡uyyyy!! ¡¡madre mía!!, y que pensó: “Qué le estará haciendo a éste… y ahora, me toca a mí”

domingo, 14 de octubre de 2012

En el gran bazar de Estambul


--- ¿Italiano?, ¿Catalán?
--- No, español.
--- ¿De qué ciudad?
--- De Segovia, y de Madrid.
--- ¿Con quién va?
--- Con mi mujer y mi amigo...
--- No, que de qué equipo de fútbol es usted.
--- Del Rayo Vallecano y del Real Madrid. ¿Y tú?
--- Mi padre dice que del Galatasaray aunque a mi me gusta el Fenerbahce.
--- Ya. Y, dime, cuánto cuesta esta lamparita.
--- 200 Liras.
--- ¿Estás loco? Si la he visto aquí al lado a menos de la mitad.
--- 190. Por ser para usted y porque juegan Khedira y Özil en el Madid, 190 Liras.
--- Ala-vete-salmonete. Y me fui.

jueves, 11 de octubre de 2012

En la inopia.


En la inopia., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Qué me ha pasado. Qué me está pasando. Qué me va a pasar. Estoy siendo consciente de que entro en la vejez. No tendría que ser malo. Es lo que es. Y, yo siempre había pensado que estaba preparado para aceptar el cambio de sano a enfermo, el cambio de rico a pobre, el cambio de… Llevo meditando muchos años y he experimentado, en repetidas ocasiones, a Anicca (El Cambio). “Todo cambia”. Sí. Lo sé. Y lo sé por el intelecto y por las sensaciones. Sí, lo sé. Pero ya estoy jubilado, ya no puedo trabajar, ya no voy a estar….

Tengo sesenta y un años. Estoy sano. No soy pobre. Tengo pareja. Algunos amigos me hacen caso y hasta puedo hablar con ellos de lo que yo quiera hablar. Tengo aficiones. Mi lado espiritual lo trabajo. Mi faceta artística la disfruto. Mi capacidad amatoria la practico… lo que se puede. Mi mente, todavía, se acuerda de muchas cosas. Las chicas, y no es porque yo lo diga, me hacen ojitos (jajaja). Mi sentido del humor no lo he estropeado. Me siento querido y yo quiero. ¿Entonces…?

Admiro y, en cierta forma, envidio a las mujeres. Una mujer no se jubila. Puede dejar de trabajar fuera de casa por un sueldo, pero ella siempre tiene que hacer cosas en su hogar, en su guarida. Cuida a su familia, se cuida ella. El tiempo lo mastica con deleite. Sabe que pasan los años. Lo siente desde muy niña en su cuerpo. En la luna. Y pone tiritas al cambio. Pelo blanco: tinte. La vida es más real para ellas. Es muy importante comprar azúcar porque hoy va a hacer un bollo. Sí, es verdad que tiene que aguantar al pavo que le toque al lado, que casi siempre está en la inopia pensando en crisis materiales y existenciales. A ellas les duele la barriga pero compran laurel porque hay que poner unas patatitas. Y se quitan todos los pelos que les sobran.

sábado, 6 de octubre de 2012

Dilara y Elma


Dilara y Elma, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Elma es más tranquila. Es mayor que Dilara y es más tranquilita. La pequeña Dilara es tímida. Le gusta mucho un gato marrón con cola larga y gruesa. No sabe su nombre porque como es tan tímida nunca se lo ha preguntado. El gato grandote marrón con cola larga pasa muy a menudo cerca de las dos hermanas. Las mira. Ladea la cabeza y sigue andando. Elma que es tranquila, aunque le observa, le deja pasar: no le hace mucho "fiu". Pero, en cambio, Dilara, la pequeña, la tímida, le mira, le remira y observa con deleite el caminar del gato grande, marrón y con cola larga y gruesa.

Hace unos días, mientra Elma estaba acostadita haciendo la siesta, Dilara estaba muy atenta por si el gato marrón de cola larga pasaba. Y pasó. El gatazo marrón venía envalentonado porque había vencido en casi mortal combate a un gato gris más grande que él. Las miró con descaro. Elma siguió dormitando. Pero Dilara, con el corazón acelerado, venciendo su timidez, se dirigió al gato y le preguntó por su nombre.

--- Iskander. Así me llamaba mi madre. Iskander. Me dijo que me parezco mucho a mi padre que se llamaba Alejandro. Era griego. Y tú ¿cómo te llamas, gatita?.
--- Me llamo Dilara.

A partir de aquel día Dilara sabe que muchos de sus gatitos se llamarán o Iskander o Alejandro. Que “requetemiaumiau” es su novio marrón de cola gorda.

jueves, 4 de octubre de 2012

Mezquita de Suleiman el Magnífico en Estambul


Desde el hotel hicieron lo que les había recomendado la relaciones públicas. Cruzais la calle, llegais a la plaza, os encontrareis unas puertas muy grandes que son de la Universidad, a su izquierda sale un calle, bajad por ella y, sin problemas, encontrareis la mezquita.

Era por la tarde, todavía no se había creado la riada de gente. Faltaban dos o tres horas aún. Cuando cae la tarde y se han cerrado los comercios, con una rapidez digna de disfrutar de un buen té sentado en alguna de sus terrazas, la gente, casi en tromba, atraviesa la plaza de la Universidad para bajar por aquellas calles a coger los barcos que les llevarán a sus casas en Asia. Todavía era pronto.

Disfrutaron de esa magnífica mezquita. Bella, grande, llena de paz y de espiritualidad. Y se separaron cada uno para hacer fotos y orinar. Él se acerco al fondo de un jardín donde se divisaba el Bósforo. Y entonces... ocurrió.

No le creyeron cuando les contó que algún ángel musulman le elevó del suelo y allí, abajo, vió a unos personajes blancos con los brazos extendidos, una mano hacia arriba y la otra hacia abajo, la cabeza un poco inclinada. Escuchó una música hipnótica, les vio bailar. Sus faldas tenían vida. El ángel le bajó lentamente y él se incorporó rodando a esa comunión con los hombres que giraban... y giraban ...y giraban.... Aquello tardó una eternidad.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Viaje a Estambul - 2012-09 (31.1 - Accidente taksístico) (J) 001


Ya hemos desayunado. Y bien desayunados nos adentramos en el Estambul de los "Giris" (he visto esta palabra en la entrada a monumentos). Merche, Antonio y yo. Los tres aventureros. Los sultanes españoles.

Nuestro hotel está en la calle del centro por donde pasa el tranvía. El tráfico es caótico. Una noche tardamos, en taksi, más de una hora en un trayecto que quizás lo hubieramos hecho andando en 45 minutos.

Los taxis (Aquí se llaman "taksi" porque la "x" no existe en el alfabeto turco) no voy a decir que son como en la India, pero casi casi. Y se meten por donde pueden, y esperan a que descarguen las furgonetas de los comerciantes de las miles y miles de tiendas, y los semáforos son transparentes. Los taksistas son...

Aquí veis a uno que por aparcar en donde no debió hacerlo le pasa lo que le veis que le pasó. ¿Enfadado?. De eso nada. Posó para mí, sonriendo, escuchando mi risa y el cahondeito de Antonio, Merche y de los muchos que estaban detrás de mí: giris y turcos.

Lo mejor de Estambul es su gente... incluidos los taksistas.

jueves, 6 de septiembre de 2012

... cada día estás más guapa.


Qué risa. "... aquí no se devuelve nada". Joer, que risa. ¡¡Bueno!!, machote, déjate de risitas y ponte a lo de las cuentas que ya llevas retraso. ¡¡Vaaale!!. Vaya conciencia más tirana que tengo. Vale, me pongo con las cuentas. (Abro el Excel de las jodidas cuentas) Qué risa. (Se está abriendo el fichero...) ¡¡Bahh!! Lo voy a contar: es poco tiempo.

Pues nada, que el otro día, en la pescadería, una clienta dialoga con Perico:

--- Hola, Manoli, qué bien te conservas, cada día estás más guapa...
--- Anda, rollista, déjate de piropos y ponme cuarto de gambas y cuarto y mitad de chirlas que quiero hacer un caldito.
--- Eso está hecho. ¿Quieres boquerones? Hoy los tengo muy fresquitos.
--- De eso nada. El otro día estaban "chuchurríos" y te digo una cosa: Si sigues engañándonos tu "karma" lo va a sentir.
--- ¿Qué es eso del karma? (pregunta inocentemente Perico).
--- Todo lo que plantas lo recoges. Si engañas serás engañado. El karma es el que devuelve…
--- Perdona, perdona, aquí no se devuelve nada. (jajajajajaja)

Vale, ya lo has contado. Ahora, a las cuentas.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Mi primo Manolo.


Mi primo Manolo., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Yo no le quise decir nada. Mi primo Manolo no me hubiera entendido. Es más, quizás me hubiese tomado por loco. Sí, ya sé, ya sé que muchos de vosotros así lo pensáis: creéis que estoy chalado. Pero yo sé que dudáis y me tenéis envidia. Sí, hombre, lo sé: me tenéis envidia ¿qué pasa? ¡¡Envidiosos!! Qué pena me dais.

¡¡Vale!! Que conste que lo que os voy a contar ahora, solo lo repetiré una sola vez: ÉSTA. Por lo tanto, estad muy atentos. ¡¡Muy Atentos!!.

Antes tenéis que hacer un ejercicio. Es sencillo, no preocuparos. Tenéis que cerrar los ojos durante, aproximadamente, dos minutos. Hacedlo. Ahora. Cerrad los ojos durante dos minutos, sin apretar demasiado, recordando la fotografía.

¡¡Ya!!. Abridlos. Sí. ¡¡Jeje!!. Qué, ¿A que los habéis visto? Claro, hombre, es una pista de despegue que utilizan los ángeles castellanos para pruebas. El angelito más gordo se llama Cascabel.

lunes, 20 de agosto de 2012

¡¡ algo pasa !!


--- ¿Me llamaba usted, don Federico?
--- Sí, pasa González.

Jacinto, que ése es el nombre de pila del tan González, pasa al despacho del director, de la agencia fotográfica, Don Federico de la Ribera y Montemayor que está sentado en su gran butacón detrás de su gran mesa y delante de su gran cuadro del que siempre Jacinto ha dicho a sus amigos que está seguro que lo ha pintado Pepito, el hijo gordo y gilipollas de Don Federico.

--- Toma asiento González.
--- Usted dirá, don Federico.

El señor de la Ribera y Montemayor mira a la cara poco afeitada de Jacinto y luego al botón desabrochado del cuello de la camisa que juega con el nudo de la corbata de-siempre del empleado. Jacinto se siente incómodo: ¡¡ algo pasa !!. Traga saliva y hace todo lo posible para poner los pies en el suelo porque las sillas de ese despacho son muy altas.

--- ¿Es una broma?.
--- Cómo… A qué se refiere usted don Federico... (Jacinto González traga saliva de nuevo).
--- González, la proxíma vez que me traigas una mierda de foto como ésta te vas a la puta calle.

jueves, 26 de julio de 2012

mecer sí, tronchar no


mecer sí, tronchar no, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Un padre les decía a sus dos hijos: imaginaros que salimos del euro y volvemos a la peseta. Su hija de 8 años y su niño de cuatro miraban a su papá con el interés con el que siempre miran los hijos de esa edad a su héroe: a su padre. Imaginároslo. Los niños no pestañeaban.

--- Papá, tienes un moco (habló el pequeñín).
--- Gracias hijo (y el padre se lo quitó con los dedos).

No tendríamos, creo yo, problemas con la comida. Hasta podría ser más barata. Y el café, y las cervezas. Pero ya no podríamos comprar videoconsolas porque serían muy caras. Y no podríamos utilizar mucho el coche porque la gasolina estaría por las nubes. Claro que, por otra parte, habría más trabajo porque tendríamos que agudizar la mente colectiva para fabricar cosas que escasearían. Tendríamos que fabricar, de nuevo, coches, y televisores, y...

--- Papá. A mí me gustaría que volviera la peseta. Las chicas siempre sabemos arreglar las cosas (le dijo su hija de 8 años).
--- Ayyyy (salió un ruidito al suspirar el papá)

martes, 26 de junio de 2012

El Coloretes


23. ¿Qué detesta más que nada?
• Volver a trabajar en aquel Banco asqueroso y que los amigos me llamen “El Coloretes”.

Hablamos de Pascual Rojo Rubio, madrileño, sesentón, jubilado de una entidad financiera muy conocida, rellenando una encuesta que no ha podido negarse porque se la ha pasado su vecina Asunción.

24. ¿Qué personajes históricos detesta más?
• El General Franco.

Cuando habla de él la cara se le pone colorá, pero aprendió de su tío Martín, el anarquista, nombrar al dictador como “El General Franco” y no como “el hijoputa”, término que utilizaba de joven.

25. ¿Qué hecho militar admira más?
• La bajada hacia Madrid, y la defensa de la Capital, de la columna Durruti en nuestra guerra civil.

26. ¿Qué reforma admira más?
• No quiero saber nada de reformas.

Habla siempre de revolución. Y aunque yo no le entiendo bien, a veces habla de ¿colectividades? en los pueblos de Aragón propiciadas por las columnas de Durruti y Ascaso.

Pascual es valiente, no le cuesta decir lo que piensa. Su mujer Angelines, al leer la encuesta terminada le ha recriminado: “Chico, esas cosas no se dicen, qué les importa a la gente lo de Franco, lo de tu tío Martín y lo del Anarquismo”. Pero Pascual, que acaba de leer un libro sobre Durruti y sus correrías con Ascaso por América asaltando bancos y donando el dinero a distintas organizaciones anarquistas, se reafirma más en sus creencias. “Tú qué sabes, Nines. Lo que habría que hacer ahora es agenciarse un buen pistolón, un pasamontañas para que no te reconozcan, y entrar en el cabronazo de mi banco y darle un buen Palo. Eso. Eso es lo que habría que hacer”. “Dios bendito, Madre mía” es lo que le ha contestado su mujer saliendo hacia la cocina y dejando solo al justiciero Pascual con las venas del cuello a punto de estallar. Toma el teléfono en la mano y hace una llamada.

--- Por favor, ¿me puede pasar con Manolo?
--- Aquí no vive ningún Manolo.
--- Pregunto por Manolo Pérez Ayuso. Es un señor de unos sesenta y tantos años. Cojea. Es calvo y tiene un perrito blanco que también cojea el pobre.
--- Ahhh, seguro que pregunta por Don Manuel.
--- Pues eso: Manolo.
--- Ese señor murió hace tres años que son los años que nosotros vivimos aquí en….

Pascual ha colgado sin esperar que la señora termine de hablar. ¡¡Manolo ha muerto!!

Llama a Angelines, su mujer, y le cuenta que ha muerto su amigo Manolo. Fíjate, Nines, si tenía seis meses menos que yo. Si entramos juntos de botones en el banco. Estoy viendo a Manolillo “El Cojitranco” llamándome "Coloretes", por lo de mis dichosos apellidos, y yo dándole dos patadas y salir corriendo. Nunca me podía coger, por lo de la cojera. Cierro los ojos y tengo a Manolo a mi lado bajando por la Calle Alcalá hacia Cibeles para comprar los bocadillos para los compañeros. “A mí de atún con pimiento morrón” siempre nos pedía el pelota asqueroso de Rodríguez, y de salchichón para Pedrito el oficial de segunda. Nos costaba cinco pesetas pero nosotros les pedíamos siete y con la diferencia zampábamos los dos. Qué bien contaba los chistes de Jaimito. No tengo perdón de Dios, Nines. Ya, ya. Pero tenía que haberle llamado antes. Soy un desastre con los amigos. Y, fíjate Nines, hoy me he acordado de él porque siempre habíamos hablado de organizar un atraco. Y ya no está.

Cómo pasa el tiempo. Cómo cambiamos. Hoy he perdido a mi compinche.

martes, 12 de junio de 2012

Se me apareció mi Angelita de la guarda




Dos amigos se encuentran. Llevan varios meses sin verse. El mayor, Juan el de la Dolores, ha estado pachucho. En cambio, a Benito el de la Puri se le ve muy bien, moreno, y gordito pero no tanto como en el otoño. Se sonrien. Juan pasa la cachaba a la mano izquierda para estrechar la mano de su amigo Benito. Los “quetales” y los “tirando” se disparan a discreción. Y es entonces cuando el de la Puri lecomenta al de la Dolores:

---  Si es que esta juventud ya no cree en nada, Juanito. No tiene valores. Todo lo que les cuento a mis nietos les entra por una oreja y les sale por la otra. Las dos guarras porque, esa es otra, nunca se lavan.
--- Qué me vas a contar a mi, Beni. La otra tarde casi me echan de casa cuando les volví a contar la historia de mi encuentro con mi Angelita de la guarda.
--- Buenooooo. ¿Te estás cachondeando?
--- ¿Tú también?. Pensaba que tú, al menos, dejarías que terminara mi historia.
--- Bueno, vale. Cuenta.
--- Fue el otro día, el sábado, después de jugar en la bodega la partida de la tarde que, por cierto, ganamos tres bazas. Al salir nos despedimos. Tiro por la calle de la farmacia. Voy despacio, ya me conoces. Incómodo por el dolor del lado derecho. Las tres copitas de coñac me habían jodido. Espero que pase el autobús. Cierro los ojos. Y la veo. Veo a mi angelita de la guarda. Morena. Blanca. Guapa. Sonriente. Se acerca. Me va a besar. Noto sus labios… Y llega un sonido casi angelical “nino – nino – nino”. Despierto en una cama del hospital, cuento que he visto a mi angelita y no me creen. Nadie me cree. Tendría que haberme llevado la cámara de fotos.

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Fotografía de:  Manuel Moraga    http://www.flickr.com/photos/m_moraga/
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lunes, 11 de junio de 2012

Cuánto trabajo.


Cuánto trabajo., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Sergio va detrás de su padre recogiendo piedras y las lleva a las distintas montoneras que, más o menos equidistantes, habitan sus tierras pobres y en renta. Su padre, Máximo, está arando. Maneja dos mulos grandes y hermosos, envidia de los del pueblo.

¡¡Arre macho!!.

Su madre, Elvira, se acerca con el almuerzo. Envuelto en un trapo grande a cuadros grises y azules, en un plato lañeado les lleva: pan, longaniza, y dos tomates. El botijo ya ha tenido cuidado Sergio de tenerlo siempre a la sombra de la encina para que esté el agua fresquita. Llega Elvira, manda Máximo parar a las bestias y Sergio levanta el botijo dejando que algunas gotas refresquen el bigotillo. Se saludan con sonrisas cortas y algún ¡¡eyyy!!. Se sientan dejando la poca sombra del único árbol a la mujer. Ella deshace el nudo del atillo y reparte el pan mientras ya Máximo está cortando los tomates y Sergio ha metido el primer bocado al chorizo.

No hablan ni casi se miran pero están a gusto los tres. Sergio está orgulloso de su padre. Elvira mira a Máximo y se estremece un poco recordando la noche pasada. Que bien le sienta la camisa recién zurcida. Lo que más le gusta a ella es acercarse a su hombre y apretarse a su espalda cuando lían la faja negra. Y también le gusta ayudarle a enrollarse los pies con esos trapos que acaba de lavar y anudarle las albarcas compradas la semana pasada en la feria de Medina.

Terminan de comer y se ponen las boinas, Elvira vuelve a hacer el atillo con el plato vacío y se vuelve al pueblo. Máximo, de reojo, se fija en su hijo joven y fuerte encaminándose al montón más cercano con una piedra grande y pesada, y se acuerda de cuando él mismo empezó aquella montonera yendo detrás de su padre.

viernes, 8 de junio de 2012

De purísima y oro.


De purísima y oro., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Hoy no me pongáis las cosas difíciles que estoy cabreado. Pero mucho, mucho. No con vosotros, no, estoy enfadado con mi Angelita. Sí, no siempre hay que ponerle la cara risueña. Cuando se porta como se ha portado, hay que decirle las cosas tan seriamente como lo hecho yo; y ya está. ¿No es mi angelita de la guarda? Su misión es protegerme y facilitarme la vida. No puede ser que me ponga pegas cuando le hago una proposición sencillita, pequeñita, que lo puede conseguir con la punta del ala derecha. ¡¡Vamos!!.

Pues nada, que anoche, en ese mundo mágico en el que algunos imbéciles dicen que se está durmiendo, yo soy diestro y matador de toros. Seguro que sabéis que tomé mi alternativa de manos del maestro Bienvenida en la Maestranza de Sevilla hace algunos años ya. Porque yo soy madrileño de nacimiento pero sevillano en arte. Anoche, haciendo las maletas para la temporada de América me vino a la memoria la última cornada, el año pasado en Pamplona, que me dejó, además del costurón en el pecho, la seguridad de que mi coleta tenía ya poca vida. Me quiero despedir de mi afición en Sevilla, claro está, en la Maestranza, con José Tomás, y de purísima y oro. Pues bien, viene mi Angelita y me dice que no, que no lo consiente, que tiene que ser de tabaco y plata. Pero, por Dios, ¿Habéis visto alguna vez a algún figura del toreo cortarse la coleta vestido de tabaco y plata? Estoy enfadadísimo.

jueves, 7 de junio de 2012

... en la Iglesia de la Vera Cruz de Segovia.


No puedo creerlo. Es imposible. Quién es él para saber lo que me pasó en aquella época. ¡¡Ja!! Empiezo a hablar con su idioma.

Tomás piensa. ¿sueña? Le da vueltas a lo que el hombre de barba rubia le contó al volver a encontrarle camino del coche. Están en el Retiro madrileño. En la Feria del Libro de 2011. El hombre de barba rubia disimula su estatura detrás de la mesa donde firma sus libros en la caseta 123. A Tomás siempre le han interesado las historias de monjes guerreros. Vestidos de blanco. Con cruz al pecho. A caballo. ¿Dos en cada caballo?. Y el de la rubia barba está firmando un libro de caballeros templarios. Lo compra y Tomás le pide, por favor, que se lo dedique. Tomás Galindo. Los dos coches están cerca y ambos son Reanult Megane.

--- Perdóneme... ¿Tomás?. Su nombre es Tomás, ¿no es cierto?.
--- Tiene buena memoria. Sí, me llamo Tomás (y le da la mano que el alto y rubio espera con la suya abierta).
--- ¿No se acuerda usted de mí?. (viendo la cara de Tomás, el escritor continúa). ---¿De verdad que no sabe quién soy yo?. (silencio largo) (Se miran a los ojos y Don Ramiro de Guzmán le dice a Tomás Galindo) --- En aquella época, los dos vestíamos el traje blanco con cruz. Estábamos hermanados. Los dos estuvimos en Jerusalén. Y nos despedimos, para no venos hasta hoy, en la Iglesia de la Vera Cruz de Segovia.

miércoles, 6 de junio de 2012

Musac en León 20-08-2010


--- Juani, ¿estás segura de que era éste el sitio donde nos dijo tu hermana que se comía muy bien?
--- Sí, sí, porque hablamos del lugar, de su ubicación, del precio, de la carta. Sí.

Juani, Mónica y Pili, habían llegado a León. Llevaban muchos días pedaleando y aún les quedaban más días para llegar a Santiago. Son peregrinas. En bici sí, pero el camino está siendo duro. Más de lo que las tres amigas se hubieran imaginado. El problema del tobillo de Mónica, las picaduras de insectos (llegaron a pensar en tiña) de Juani y las quemaduras de sol de Pili no eran significativos. La convivencia de los primeros días había sido el problema.

Salieron de Carrión de los Condes hace unos días y a los pocos kilómetros no tuvieron más remedio que pararse, aparcar las bicicletas, sentarse en la única sombra del lugar y hablar.

--- Estoy hasta el coño de que siempre estés de hocicos. Nada te sienta bien. Eres una piante.
--- Claro, la que siempre duermes eres tú. Ronca que te ronca y no te preocupas de las demás. Y a la otra le cantan los pinreles que parece el orfeón Donostiarra y se tira unos pedos que no veas.
--- Oye, oye, bonita...

Se dijeron de todo, se dieron empujones, pero a los diez minutos reían y se daban besos. Se conocían desde la escuela. A por las bicis y a seguir.

En León, se hospedaron en un hotel decentito, se lo tenían merecido, y se fueron a comer al restaurante del Musac (Museo de arte contemporáneo).

Viaje a León - 21-08-2010


Me los encontré de nuevo y seguí escuchando sus conversaciones. Ya, ya sé que soy un poco cotilla, pero los notarios, los periodistas deportivos, y un servidor, tenemos que dar fe de todo lo que vemos y oímos.

--- Ramón, ya no me quieres como antes.
--- Por qué dices eso.
--- Antes, buscabas cualquier ocasión para abrazarme, darme besos, estar juntos... ya me entiendes.
--- Oye, que ya no somos unos críos y anoche creo que te demostré que todavía puedo zarandearte un poquito ¿eh? Tus quejiditos en la cama del hotel no eran de protesta. Vamos, que me porté como un tigre.
--- Ya, pero ahora no tengo la figura de antes. El pecho se me ha caído, el culo lo tengo más flácido, la barriguita...
--- Pero que barriguita ni barriguita (Y juro que, el tío guarro, le puso la mano en el culete). Estás como un melón. Y sabes lo que te digo, que me has puesto "burrote". Al hotel que nos vamos ahora mismo. Te voy a dar todo lo tuyo....
--- Anda, que lo dices con la boca pequeñita. (Y el Ramón que ya estaba imparable, tocaba y tocaba otros lugares que por ser yo prudente no cito).
--- Para el hotel...
--- Espera un momento, Ramón, no seas impaciente, que tengo que hacer unas compras....

Y yo, sudando, y solito, a la captura de nuevos testimonios humanos encaminé mis pasos. ¡Ah! qué dura es esta vocación.

lunes, 4 de junio de 2012

Yo soy Kroug


Yo soy Kroug, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Kroug no es un nombre. Es una responsabilidad, un distintivo, y lo llevamos solo los más capacitados. El Consejo nombra al nuevo Kroug, al nuevo lider, cuando la situación es dramática y se necesita combatir a los enemigos, o encontrar comida con urgencia. Yo vengo de una familia con muchos Kroug. Mi tío materno, por más señas, en aquel periodo con tantas nieves, fue el que nos condujo hacia el granero de aquella humana gorda y pelirroja. Ahora, estamos en un momento trágico: hay que conseguir alimentos urgentemente, y las aguas vienen bravas.

Inmediatamente convoqué a mis amigos, a mis camaradas, a aquellos con los que, comadandados por mi tío, atacamos a las hormigas rojas. Qué malas, qué rabiosas, qué locas, son las hormigas rojas. Y cobardes, son muy cobardes. Nosotros pertenecemos a la raza de las hormigas cabezudas. Negras y cabezonas, sí, pero las más valientes, las invencibles, las que somos capaces de realizar cualquier proeza para conseguir nuestros objetivos. Yo soy Kroug. Y dirijo a los mejores guerreros del hormiguero del Pastizal Verde Oscuro.

Ya he ordenado a mis constructores que talen troncos verdes y que con sus hojas construyan buques con los que vadear el rio Brioso. Me han obedecido. De refilón, he visto la carita de orgullo de mi novia Krumi. Y les he exhortado a trabajar duro porque pronto conseguiremos comida. Bueno, también yo he cortado unas florecitas para regalar a mi Krumi: de esta noche no se escapa.

jueves, 31 de mayo de 2012

Hace tiempo


Hace tiempo, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Ella se llama Badu y él se llamaba Krisa.

Hace tiempo que Krisa vive donde habitan sus antepasados. Una riña le causó heridas que le mataron después de varias semanas. Pero no merece la pena hablar de peleas entre eunucos siempre envidiosos y maliciosos, siempre insatisfechos y en tensión por no haber podido desarrollarse como varones.

Su amor, porque aquello fue una gran historia de amor, vivó sin palabras, con miradas que encendían las mejillas de ella, apenas algunos roces de sus manos, y el olfato que Krisa desarrolló día a día para degustar a su amada... ¡¡¡Y que bien olía Badu!!!

Nadie sabe con seguridad la edad de Badu, hace mucho tiempo que ya no acompaña a las mujeres en el servicio a su señor. Ahora se dedica al cuidado del cuarto de trajes de las favoritas del Rajá. Sus huesos le atormentan día y noche, su vista está gastada, y .....no tuvo hijos.

512


512, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Al fondo, muy al fondo: la torre de la catedral de Segovia. La que dicen que es la última catedral gótica de España.

En primer término, la pradera de la ribera del río Eresma un poco antes de juntar sus aguas con las del Clamores.

Estamos en Segovia, en el mes de abril, un día como tantos días de este año cansino por lluvioso.

Marisa pasea por el fondo de la foto. Unos pasos más y se saldrá por la derecha. Ya veis que va sola. Sin amigas, ni compañero alguno; le acompaña su perrito y su paraguas azul que le regalaron en el taller donde lleva su coche a cambiar el aceite. Es guapa, pequeñita, pelirroja, pero tímida, muy tímida. Le gusta este tiempo de frío y agua porque no va a encontrarse con ninguna compañera del hospital. Es enfermera. Muy buena enfermera. Va pensando. Camina despacio. Las botas que se compró en rebajas están llenas de barro. Le da igual. No parpadea. Se acuerda del hombre guapo de la habitación 512.

Esta mañana, si no hubiera sido tímida, le hubiera cogido de la mano y le hubiera dado un dulce beso en los labios al hombre guapo de la 512. Si no hubiera sido tímida, al terminar el doctor de hablar al hombre guapo de la 512 y ver que éste se derrumbaba le hubiera cogido de la mano y le hubiera dado un beso dulce en los labios.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Escucha: Se le oye silbar.


A Basilio, o al Padre Basilio como le llaman casi todos, le resulta difícil recordar las vivencias que de crio tuvo en su pueblo con los otros niños. Entró al Seminario con apenas once años. Él era el hijo mayor. Sus padres no andaban mal: todos comían, pero una boca menos alivió el día a día de la familia. Ya entonces, el pequeño Basilio, era tranquilo, mucho más pacífico que los zagales amigos que apedreaban pájaros y él los lloraba. Ahora es feliz aunque desearía visitar Zaragoza.

La responsabilidad que le han encargado en el Monasterio le llena de orgullo. De sano orgullo espiritual. Por su carácter no está de cara a los visitantes, pero tiene toda la responsabilidad para hacer lo más cómoda posible la vida a sus otros doce compañeros de Orden. Raramente se le ve serio, hasta silba cuando está solo y pasea por el Claustro. Pero le gustaría visitar Zaragoza.

Hoy, el Prior le ha hecho el más feliz de todos. Basilio, le ha dicho el prior: “Tienes que hacer algo que ningún otro hermano puede hacer”. Lo que usted ordene, Padre, ha contestado el bueno de Basilio. Tienes que acompañar al hermano Julián que tiene que hacer unos encargos en Zaragoza.

viernes, 25 de mayo de 2012

Mafaldita.


Mafaldita., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Había una vez una niña pequeñita, preguntona, cotilla y, para que vamos a negarlo, un poco repipi, llamada marya_cb7 que una mañana del mes de mayo me llamó por teléfono:

--- Jesús, ¿eres tú?.
--- Sí, yo soy. Quién eres.
--- Soy Mafaldita. Así es como me llamas tú. Realmente me llamo Gracia. Nada, que voy a estar unos días en Segovia y me gustaría que me dijeras dónde ir, qué fotografiar, el mejor restaurante: buena comida y barato. Ya sabes.

Y más que darle información le dije a Mafaldita que cuando viniera que me llamara y que estaría con ella. Y hasta la fotografié en el Castillo de Hadas: En nuestro Alcázar de Segovia.

Y colorín, colorao, este cuento se ha acabao.

jueves, 24 de mayo de 2012

Amaapoooolaaa, lindíiiiisima amapoooooola.


¿Te has enterado?, le decía un amigo a otro. De qué, le contestó. Estuve viendo un programa en la tele y allí decían que íbamos al desastre, que nos viene lo mismo que les está pasando a los griegos. ¡¡No jodas!! El amigo exclamó. Sí. Vamos a perder poder adquisitivo, nos van a quitar servicios. Las medicinas las tendremos que pagar nosotros. Las comidas en los hospitales, fíjate, las vamos a tener que llevar de casa. ¿Te imaginas? "Manoli, cariño, tráeme un cocidito, porfi..." ¡¡Madre mía!!

Si es que este gobierno es “la leche”. Recortes por aquí, hachazos por allá. La educación, la sanidad, la reforma laboral, el tema financiero. Están recortando todo. No te digo más que el otro día estuve intentando fotografiar amapolas y solo me encontré a ésta. ¿Qué te parece? No hay derecho.

jueves, 26 de abril de 2012

Al fín y al cabo son padres.


El señor Federico le está diciendo a la señora Margarita. Mira Marga no te amargues la existencia, si la chica no te ha llamado será porque no te puede llamar. Y la señora Margarita le contesta al señor Federico. Fede, no me digas que no tiene un minutito para llamar a sus padres. Hace tres meses que no viene a vernos. Y tú sabes muy bien que la razón por la que nos tiene tan olvidados es por el esmirriado de novio que se ha echado. Estefano. Con ese nombre y esa forma de vestir seguro que, para mear, se la coge con un pañuelo. Mujer, no seas así. Si es que no nos lo merecemos. Con lo que hemos hecho por ella. Todo sacrificios. Mírate tú, Fede. Tienes esos huesos como los tienes por estar tantas horas con la barca en la laguna. No hay derecho. Bueno, Marga, bueno.

Viaje a Guadalupe en Mayo de 2009


Como me gustan los Monasterios. Claro, serán reminiscencias de cuando yo fui Obispo de Segovia. ¡¡¿¿??!!. Eso os pasa por preguntar, ahora no tenéis más remedio que escuchar la historia completa, la habéis liado.

Un día se presenta en Madrid mi amigo Federico con su novia más reciente. Mi amigo Federico es lo más parecido a Casanova que yo he conocido y en ese aspecto es uno de mis héroes. La novia no era jovencita pero guapa, muy guapa, y tenía unos ojos y una mirada de las que quitan el sentido y el hipo al mismo tiempo. Les invitamos a casa a comer. Entonces vivíamos en Madrid, todavía no nos habíamos venido al pueblo.

Y la amiga de mi amigo me miraba. Y yo, por supuesto la miraba a ella. Y Merche a los dos. Y seguía mirándome. Comimos, nos reímos y todos seguimos mirándonos. Ella se dedicaba a sanar almas en el pasado. (¿Quéeeeeeee?). "Sanadora de almas en el pasado" (ahhhhhhh). Y me dice de pronto:

--- Te lo tengo que decir: te he estado mirando toda la comida (yo ya lo sabía) y te he visto y que sepas que en una de tus otras vidas has sido Obispo de Segovia (me vine abajo, yo creía...). Sí, "Obispo de Segovia".

Desde aquel momento solo buscamos en la provincia de Segovia el lugar donde irnos a vivir.

lunes, 16 de abril de 2012

Hay sitios que al cambio lo llaman Anicca


Erase un vez un hombre tan gordo, tan gordo, tan gordo, que aún siendo joven ya no necesitaba ingerir ningún alimento más para seguir viviendo durante, como mínimo, otros veinticinco años. Se llamaba Ramón y era pelirrojo.

Ramón se dio cuenta de que no debía comer más cuando una mañana se levantó de la cama como pudo, fue al baño, entró de lado como siempre y se miró al espejo. Casi todos los días miraba a la luna al afeitarse pero aquel día lo hizo viendo su roja barba intacta. Estoy tan gordo, pensó Ramón, que no debo comer más. Y así lo hizo.

Los primeros veinticuatro años los llevó bien pero en el mes de febrero de su vigesimoquinto año de ayuno, al mirarse al espejo antes de afeitarse, Ramón vio, con horror, que su roja barba había tornado en blanca. Y se dijo: No debe ser bueno dejar de comer, es verdad que me levanto de la cama de un salto, bajo las escaleras de cuatro en cuatro, corro, brinco, ahorro, pero nunca me han gustado los de blanca barba.

domingo, 15 de abril de 2012

Madrigal de las Altas Torres


Nace en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) en un abril parecido a éste de 1451 y es llamada Isabel porque su madre es portuguesa. Isabel primera de Castilla, la fuerte, la que monta y vale igual que el Fernando aragonés. La católica. La señora de la Indias occidentales. Isabel.

Hace pocos días me enteré que Madrigal de las Altas Torres, Arévalo, Moraleja de Matacabras y otros 52 pueblos más, pertenecen a la comarca de La Moraña. Y dicen que puede llamarse Moraña porque era tierra de moros. Aunque otros afirman que viene de “maraña” por la cantidad de pueblos que se agrupan en dichas tierras: tierras mesetarias con pocos habitantes, fuertes y duros.

Y yo os pregunto amigos: ¿de dónde es uno? ¿Somos del lugar donde nacimos, del que nos vio crecer, o de aquel que pisaron nuestros ancestros? ¿Qué?... No contestáis. Yo me mojo. Yo soy del Madrid “tiquismiquis” de la C/ O’Donell, del combativo y rojo Vallecas, y del fuerte, bravo y “enmarañado” rincón de Ávila donde mi padre no quiso llamar amo al dueño de las tierras.

sábado, 7 de abril de 2012

Abel


No se lo tienes que contar a nadie, Jesús, me dijo mi amiga Clavel. Yo le dije: “vale”, pero no me lo hizo prometer. Además, vosotros sois muy discretos, que yo lo sé, y tampoco vais a ir contándolo por ahí.
Aquella tarde nos acompañaba Cascabel. Paramos el paseo y nos sentamos. Clavel estaba guapísima; cuando echa para atrás el flequillo rubio gana muchísimo. Me miró con esa carita que me embelesa, y empezó a hablar despacito. Hoy ha nacido Abel, nos dijo. Hizo una pausa y nos miró a la cara a los dos: a Cascabel y a mí. Y como yo no hice ningún gesto, continuó. Abel es un Ángel. Entonces sí, ahora mi boca se empezó a abrir y algo de baba me cayó en mi camisa casi nueva. Esos ojitos preciosos y picarones de mi Clavel confirmaron que las cuatro últimas palabras pronunciadas habían causado el efecto buscado: “Abel es un Ángel”. Se rió y yo me enfurruñé con sus risitas. Claro, decidme cómo os vais a sentir si no. A tu lado un pedazo de Angelita, guapísima, oliendo a… a olor angelical, se te ríe en tus narices y tú te sientes como un imbécil, lo normal. Y me enfadé. Y se lo dije: Clavel, por favor, un poco menos de cachondeíto. Dejó de reírse pero seguía sonriendo. Qué guapa está cuando sonríe, por Dios. Si te vas a enfadar no te lo cuento. Y me miró la muy… Sí, por favor, Clavel, cuéntamelo. Por favor. Cascabel salió en mi defensa y dijo: Clavel, deja ya de bacilar al chico y cuéntaselo de una vez. Bien, vale.
Esta mañana venía de visitar a mi amigo Torel que estaba un poco resfriado. Y Torel, vive cerca de Albor. ¡¡Ah!!, perdona Jesús, tú no sabes qué es Albor. Albor es el lugar donde nacemos todos los Ángeles. Espontáneamente, cuando llega nuestra hora, nacemos allí. Es un lugar tranquilo, lleno de paz y alegría, un lugar de acogida. Vi entrar al Arcángel Gabriel y me dije: "Algo importante va a suceder". Paré de caminar, me recosté en el muro y me dispuse a escuchar.
--- Bienvenido, soy el Arcángel Gabriel. Este lugar se llama Albor. Aquí nacemos todos los Ángeles. Pero ya hace muchos años que no lo hacía ninguno y el trabajo se acumula y se necesitan Ángeles nuevos; es por eso que tu llegada es muy esperada. Tengo que contarte muchas cosas  y contestar a tus preguntas. Qué haces, no te pellizques: no estás durmiendo. Pregunta.
--- San Gabriel…
--- Aquí no me tienes que llamar San Gabriel. Solo Gabriel. Aunque tengo mayor rango que tú, somos iguales, somos Ángeles.
--- Gabriel, me acuerdo de mi vida como humano. Mi memoria me permite saber cuándo y cómo morí. Es más, ahora recuerdo otras vidas. He nacido muchas veces y otras tantas he muerto. Y siempre lo he hecho desde el útero de una madre. Aquí, en este lugar, quién es mi madre.
--- Los ángeles, Abel, para nacer no necesitamos madres. Nacemos espontáneamente cuando llega el momento. Nacemos porque sí. Y de igual manera cuando es el momento de morir, nos vamos. Sé que te estás preguntando el por qué has renacido como Ángel. Tu pasado, tus vidas como humano, tu bondad, generosidad, entrega, compasión, han sido los que te han hecho Ángel. Pero, atención, el que seas un Ángel no quiere decir que seas un Santo, que seas perfecto. No. Tienes que seguir sirviendo a los demás, tienes que seguir trabajando. ¿Estás dispuesto?.
--- Sí, estoy dispuesto. Lo que se me pida hacer, lo haré con el corazón y con mi mejor cariño.
--- Vale, Abel,  muy bien. Tendrás un monitor que te enseñará. Será duro pero te gustará, es un Ángel muy cariñoso. Se llama Cascabel.

Un momentito antes de que yo hiciera la pregunta que mis dos amigos esperaban Clavel paró de hablar. Sí, Jesús, nuestro Cascabel es el tutor de Abel. Es el primer trabajo importante que me han asignado, dijo Cascabel que hasta ese momento había estado en total silencio. A partir de ese momento, empecé a hacerle preguntas a Cascabel mientras Clavel no dejaba de sonreír. Y Cascabel nos contó.

No, Jesús, no: todavía no tiene alas. Los ángeles no nacemos con alas, nos van creciendo con la edad y con el trabajo bien hecho. Déjame continuar, por favor. Después de que Gabriel nos presentará nos quedamos solos Abel y yo. Le enseñé el sitio donde se alojaría, le presenté a sus compañeros de estudios. Le entregué sus uniformes. Le informé de los horarios, de sus responsabilidades, de sus derechos, de los nombres de sus superiores, etc. Y ya, le hice la pregunta que a todos los que nacemos Ángeles, el primer día, nos hacen.

--- Abel, qué es lo que más te ha gustado de tu última vida como humano.
--- Me da un poco de vergüenza confesarlo. Bueno, te lo diré. Verás, Cascabel, lo que más me gustaba y, por qué no decirlo, todavía me gusta es el fútbol. Soy, perdón, era hincha del mejor club de fútbol de la tierra, del más glorioso: del Atlético de Madrid.
--- Pues entonces, querido Abel, tú trabajo, teniendo en cuentas tus apetencias, será de portero.
--- ¿de portero, es qué acaso jugáis aquí también al fútbol?
--- No, Abel. Serás portero del Club Social de los Ángeles de San Rafael.

martes, 3 de abril de 2012

Respirando.




------------------------------------------- CAPÍTULO 1 -------------------------------------------------------



Sube los tres escalones que separan su jardín de su casa. Está contento. Apenas hace una semana tenía que pararse dos o tres veces para andar medio kilómetro, y hoy el paseo lo ha disfrutado sin dolores. Su mujer sale sonriente a su encuentro. Qué tal, le pregunta. Hoy vengo contento, no tengo molestias, he dado la vuelta al pueblo y no me ha dolido. El “que bien” de su mujer le alegra aún más. Se adentra hacia la cocina a beber agua y lo ve encima de la mesa. Se le acelera la respiración pero pasa de largo. Cambian rápidamente las sensaciones corporales. Solo son cuatro o cinco pasos pero en aquellos pocos segundos es consciente de que ya no hay forma de volver atrás: “ya soy viejo”. Abre la nevera y saca la botella verde con agua que todas las mañanas se encarga de rellenar. Siempre le ha gustado fresquita. Cuando nadie le ve bebe a morro pero hoy no, hoy utiliza un vaso del fregadero y con parsimonia lo llena del agua fresquita de la querida botella verde. Despacito. No tiene prisa. Solo tiene esa sensación desagradable en el estómago como aquel día cuando de pequeño le dieron el puñetazo a traición. Con el vaso en la mano, sin dar todavía un sorbo, vuelve sus pasos y se aproxima al sobre. La esperada carta, la temida carta. Despacito se sienta. Ahora sí bebe un poquito de agua mirando el sobre. Su mujer observa todo pero no dice nada. Espera. Respira hondo. Federico deja el vaso, coge la carta, la abre con cuidado. Tres hojas. Sí. Estaba esperándola. Y empieza a leer: "… y su pensión será de (pocos) € brutos al mes..."

Las preguntas se le han acumulado con pocas respuestas. Su cabeza le dice que todo está bien, que tiene que comparar en positivo: hacia abajo; pero su estómago y su respiración proclaman lo contrario. Sonríe a su mujer, quiere que le vuelvan esas sensaciones agradables que traía al finalizar la caminata de la mañana, pero antes, en el cuarto de baño, al mirarse al espejo, un lagrimón le ha bailado por la mejilla izquierda. --- Qué me ha pasado. Hace apenas nada yo estaba dirigiendo un grupo de personas, en un gran proyecto para aquel banco importante. Tenía la consideración de mis jefes. Mis chavales me querían, me respetaban y hasta en algunos momentos me temían. Nunca gané muchísimo pero siempre hemos vivido bien. Compramos un pisito, luego otro mayor, y más tarde esta casa. El que mejor vestía de todos los directores era yo, seguro. Podría haberme comprado un coche con más apariencia pero nos decidimos por aquel Volvo que nos daba seguridad. Qué me ha pasado.

A Federico le quedan escasamente cuatro meses para cumplir sesenta y un años. Ya se puede jubilar. Está parado desde hace más de dos años. Lleva cobrando unos cuatrocientos euros desde hace unos meses y no le gusta. No le gusta vivir de la caridad. Él ha sido un profesional de prestigio y ahora está cobrando una mierda y dentro de unos meses él dice que cobrará mierda y media. Está desanimado. Dolorido. Tiene ganas de llorar. Con esos pocos míseros euros de la pensión no van a poder llegar a fin de mes, qué comerán, cómo van a pagar el gasóleo cada vez más caro, y el seguro de la casa y el del coche, y la gasolina para acercarse a la ciudad, repite y repite, pero no se lo dice a su mujer y ésta no quiere que Federico hable en estos momentos. Ella, Manoli, que le conoce desde hace más de cuarenta años sabe que esa sonrisa de su marido es más dolorosa que si llorará. Él sonríe, ella también. Él está preocupado por el futuro, ella está preocupada por su compañero de siempre.


--- Fede, cariño, no te preocupes. No es mucho pero saldremos adelante. Siempre lo hemos hecho.

--- Cómo vamos a pagar el gasoil para el próximo invierno.

--- He hablado con Antonio, el marido de Juanita, y me ha dicho que siempre sobra leña. Podemos ir con el coche y recoger algunos sacos para quemarla y no gastar mucho combustible.

Manoli se levanta, se acerca a Fede, le abraza y le da un suave y tierno beso en la frente mientras rodea su cabeza con los brazos y la acerca a su pecho. Federico nota que el cariño de su mujer le templa. Respira hondo de nuevo.








-------------------------------------------   CAPÍTULO  2  -------------------------------------------------------



Manoli, la mujer de Federico, es guapa. Tiene pocos años menos que él. El pelo blanco, la cara tersa, los ojos grandes, negros, luminosos. Es guapa e inteligente. Un cerebrito. La nota media en su carrera de químicas fue de 9. Tuvo encima de la mesa durante una semana una propuesta para directora de uno de los laboratorios más prestigiosos de los E.U. No pudo ser, decidió por estar al lado de su marido. Y no le importa. Toda la vida la ha dedicado a su Fede, a su amor de siempre. Lo conoció con 15 años y hasta hoy. Fede, cuando la tiene abrazada por las noches, al oído le dice despacito: Loli, eres mi Angelita de la guarda ¿lo sabes? Y a Manoli que le derrite ese “angelita” pronunciado por su hombre se apreta más a él todavía.

Se descompone cuando ve a Fede preocupado por el futuro incierto con una pensión tan baja. Daría lo que fuese por verle sonreír, por verle andar y silbar, como en estos últimos meses. Entiende que su marido esté preocupado por la situación pero tiene miedo a que renazca en él ese olvidado sentimiento de culpa. Ya han pasado doce años del maldito accidente. Y los nubarrones negros regresan.

En verano hará hace doce años. Un día de sensación de triunfo y poderío, Federico, de vuelta a casa, conduciendo su Volvo y pensando en la presentación del proyecto que mañana tiene que hacer a su cliente, no atiende al poste verde de su derecha que parpadea en amarillo y se empotra en el camión que cruza aquella calle conocida. La cerveza de las botellas rotas del camión de reparto se mezcla con los líquidos de su coche. Federico queda aprisionado. Las heridas de la cara que son las más aparatosas dramatizan la escena. Tardan los bomberos dos horas en sacarle del coche arrugado. Sus piernas tienen múltiples fracturas. Nueve meses en el hospital. Rehabilitación lenta y dolorosa. Vuelta al trabajo. Ya no es director. Ya no tiene poder personal, tiene sentimiento de culpa. Manoli deja su trabajo y está con él. A los dos años le despiden. Venden todo lo que tienen en la ciudad y se van al campo. Manoli nunca deja de estar con él. Pasan años de tristeza, de depresión. Poco a poco se recupera. Trabajos esporádicos. La vida de Manoli está en las caras de su marido por las mañanas, en las cojeras, en los dolores de sus rodillas. Manoli es feliz cuando Fede comienza a ser feliz, de nuevo. Hasta la jodía mañana de la carta de la pensión.







-------------------------------------------   CAPÍTULO  3  -------------------------------------------------------



Manoli no ha dejado de animarle en todo el día. Después del descafeinado de la tarde han salido a pasear. Hablan de lo poco que ha llovido este año y de lo que les afecta el polen. Tratan de todos los temas que hablan cuando pasean, pero no de lo que abate a Fede. Dura poco el paseo pero les ha venido bien. Entran en casa. Él se sienta en su sillón, ella a su cocina. Fede toma en sus manos el libro que lleva a medias. Se pone las gafas de leer. Abre el libro por donde indica el trocito de papel que sobresale. Se intenta concentrar en la lectura. Vuelve a intentarlo al darse cuenta de que ha pasado por tres páginas sin saber qué le ha pasado al protagonista de la novela. Cierra el libro. Se quita las gafas de leer. Piensa que tiene que cambiar de gafas porque al poco tiempo de lectura le duelen los ojos. Se recuesta en el sofá y descansa. Respira hondo.

Llaman a la puerta. Fede, en voz alta, le dice a su mujer que abre él. Se dirige a la puerta. Corre un poquito los visillos y sonríe al ver a su amiga Clavel. Cada día está más guapa. La nota algo diferente. ¡¡Ya!! Son las alas que han crecido un poquito. El pelo quizás un poco más largo pero tan rubio y rizado como siempre. Qué guapa. Fede baja las escaleras y en el jardín, después de decirle: “hola”, le da dos besos y un abrazo muy fuerte. Clavel no deja de sonreír también. Qué bien huele. Cómo definir el olor de una Angelita de la guarda. Angelical, olor angelical. Fede cede el paso a su amiga y se meten en casa. Clavel ha tenido que hacer un gesto sinuoso y muy… ¿femenino?, no, Angelical, eso, angelical, para cerrar sus alitas y entrar por la puerta. Llegan a los sillones, se sientan y Clavel, le habla:

--- Fede, Rafael, el Sanador, el gran Arcángel, me ha pedido que le acompañe en un viaje que tiene que hacer a oriente. Allí se están necesitando muchos cuidados, mucho cariño, mucha atención. Todos los alados somos bienvenidos. Pero lo mejor es que el gran Rafael nos deja que viajemos acompañados de un humano amigo nuestro. Y he pensado en ti.

--- ¡¡Madre mía!! Cómo te agradezco Clavel que hayas pensado en mí. Qué alegría. Y cuándo sería el viaje.

--- Ahora mismo.

--- Pero tengo que avisar a Manoli.

--- No te preocupes, yo lo haré.

--- Y… ¿cuántos días?, ¿Qué ropa me llevo?, ¿me tengo que vacunar de algo?, ¿el pasaporte?, ¿necesito dinero?, ya sabes que ronco y necesito una habitación para mí solo.

--- No te preocupes, querido Federico, descansa, prepárate para el viaje, déjame los preparativos a mí. Lleva la atención a la respiración, a tus ventanas de la nariz, observa la entrada y salida del aire. Observa, atiende. Y deja tus preocupaciones….

Federico se ve flotando al lado de Clavel, siente como le mece el aire, huele al olor indescriptible y sanador de su amiga Ángela de la guarda. El sol, a lo lejos, se pone colorado. La brisa le habla algo que no entiende. Dulces sonidos de la brisa que se quiere comunicar. Oye su nombre. Ahora más alto: Fede, Fede cariño. Es la voz de Manoli.

Abre los ojos y ve a su mujer que le llama: “Fede, ya es tarde, te has quedado traspuesto. Sube a la cama. Venga, cariño”

Y el que se va a jubilar mira a la dulce cara de su mujer. Respira hondo. Es consciente de que ha soñado con Clavel. Nota su cuerpo tibio y relajado. Se levanta poco a poco. Rodea el cuerpo de su Loli con sus brazos, la aprieta para sí, le da un beso fuerte y le dice: “Guapa”.


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