lunes, 31 de enero de 2011

Que bonita es la vida.


Que bonita es la vida., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Dos hermanitos, no hace mucho tiempo de esto, vivían en un pais no muy lejano. Se llamaban Leandro y Margarita aunque todos, para abreviar, les llamaban Marga y Leandrito. Marga, que era la mayor tenía nueve años y le sacaba dos a Leandrito.

Todas las mañanas que no tuviesen fiebre iban al colegio con sus amigos… y les gustaba. Su mamá y su papá trabajaban duro para dotar a la familia de lo mejor… y les gustaba. Los papás dedicaban el tiempo que podían a hablar con sus niños, y a jugar, y a decirles qué cosas eran loables y cuáles indeseables… y les gustaba. Marga y Leandrito tenían que hacer los deberes del colegio y las tareas de casa que entre todos habían decidido que les correspondía… y les gustaba. Leían, jugaban con la videoconsola, iban al cine, a casa de sus abuelitos, a la parroquia… y les gustaba.

Un día de invierno sus papás, casi llorando, les dijeron que su abuelito había muerto. Para verle por última vez y despedirse del abuelito fueron a un lugar con muchas habitaciones. En cada cuarto había mucha gente, unos dentro y otros en el patio, fumando. Algunos casi lloraban, otros contaban chistes. Leandrito preguntó a su papá: ¿Papá, porque están contando chistes si nosotros estamos tan tristes? Y el papá le dijo: “Los seres humanos evitamos pensar en la Muerte, tenemos miedo”

domingo, 30 de enero de 2011

2009-02-20 - India - Jaipur - Palacio de los Vientos


--- Mariano, tengo ganas de hacer pis.
--- Espérate, mujer, porque aquí en el Palacio de los Vientos no he visto urinarios.
--- Mariano, es que me meo.
--- Pepita, por favor, espera que salgamos, buscamos una cafetería.... Seré idiota, ¿una cafetería en la India?
--- Mariano....
--- Bueno, vamos bajando y cuando salgamos cogemos un tuc-tuc de esos, y nos vamos al hotel y ya allí... Por cierto, tendríamos que preguntarle al conserje la manera de poder lavar la ropa sucia, porque....
--- ¡¡Mariaaaaanoooooo!!.
--- Ya, ya... Vamos bajando. Espera, espera que haga esta foto, fíjate, se ve la calle... ¡¡Qué pasa!!
--- Mariano, ya me he meado. Eres un imbécil.
--- Joer, cómo te pones... Ya me dijo mi amigo Luis: "con mujeres no se puede ir a la India..."
--- ¿Sabes lo que te digo:? Que tú y tu amiguito Luís os podéis ir a la mismísima mierda. Ahí te quedas que me voy yo solita al hotel.
--- ¡¡Madre mía!!

jueves, 27 de enero de 2011

Desde Chamartín a Nuevos Ministerios, y viceversa


Sí, ha sido una gran idea. Desde Chamartín a Nuevos Ministerios, y viceversa, yo antes iba en Metro, pero que va, mejor en tren de cercanías, dónde va a parar. Más cómodo, más silencioso, más calentito, chun-chun, chun-chun, chuuuuunnnn.

--- Estoy indignada, me siento sucia, me siento machacada, me siento....
--- Pero qué te pasa.
--- ¿No has oído al gordo que se me ha levantado hace un ratito? El tío grosero, ¿has visto como trataba a la señora que se te ha sentado...?
--- No sé, yo la verdad es que estoy muy contenta, que bien olía, que poco pesaba. La suavidad de su abrigo, el roce de su mano en mi asiento, qué señora.
--- Claro, no sé porque será, pero siempre se sientan las señoras adentro. En cambio, a mi, siempre, me tocan los gordos, babosos. No veas como le hablaba a la pobre señora. Y el tío guarro… si es que....
--- Qué.
--- Que le olía....

--- Oiga, oiga, que ya hemos llegado a Chamartín.... se ha quedado transpuesto.
--- ¡¡Uy!! Muchas gracias.

¡¡Ya!! Estaréis pensando que lo he soñado, pues no, estoy totalmente seguro que he oído dialogar a las dos... a las dos.... ¡¡Madre mía!! Qué vejez me espera.

lunes, 24 de enero de 2011

Marilín.


Marilín., originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Nerviosa como todas las "Marilines", nerviosa. Preciosa como todas las que dicen llamarse Marilín. Rubia y quizás por eso se llame con el nombre de aquella artistaza de cine, mito erótico de toda una generación, menos de uno. Sí, yo, qué pasa. ¿Que si no me gustaba la Marilín? Sí que me gusta pero, desde pequeño, me ha parecido culona y cegata. Siempre ha sido demasiado barco para un grumete como el que les escribe, servidor de ustedes.

Pero mi Marilín es otra cosa, rubia sí, nerviosa también, gata por supuesto; pero no es culona y ve de maravilla. Mi gata Marilín, y digo mi gata impropiamente, porque ella es muy de la calle y de la vida y no pertenece a nadie. Digo que mi Marilín, quizás, es la gatita que rompe más corazones gatunos de mi pueblo. Cómo la miran, cómo la huelen las partes traseras, cómo intentan pero... “nanai”, porque mi Marilín con un aire de algo de superioridad y mucho de hembra, ladea la carita, les mira de reojo, sube la cabecita y dice "Miauuuuu" muy despacito pero poniéndose en su sitio: en el cenit del hembrío felino de mi pueblo.

¡¡Menuda es mi Marilín!!

viernes, 21 de enero de 2011

Historias de amor.


Tarará, tarará, taratatatatatattatará, ta, tarata, tarará..... El NODO.

Aquella tarde de sábado como casi todas las tardes de sábado desde hacía ya algunos años, los novios se encaminaron al cine Río, uno de los más modernos de Vallecas, uno de los más cómodos y tan caro o tan barato como los otros tres o cuatro del barrio. Estamos en los primeros años setenta.

Programa doble, mejor dicho triple si contamos con el inseparable NODO. Había que esperar cola. Casi todos eran pareja, y jóvenes. Siempre, ya fuese invierno o verano, una chaqueta era imprescindible. Las chicas, casi todas, llevaban blusitas o camisas y sin carmín.

Dónde les pongo preguntaban los acomodadores nuevos. La contestación siempre era la misma: “Atrás” y juntitos en el calor y en la oscuridad del cine, oliendo a “ozonopino” y sintiendo desbocado los corazones de los dos.

Luego… Historias de amor.

jueves, 20 de enero de 2011

La verdad es la verdad


La verdad es la verdad, originalmente cargada por Jesús Figueroa Salán.

Y qué le digo yo a Berto, pensaba María mientras con su andar saleroso se encaminaba al lugar donde todos los días esperaba que se abriera la puerta del tren que la tenía que llevar a su casa en Alcalá de Henares. Qué le digo. No hay más remedio, seguía pensando María que ya veía a lo lejos el foco del tren, le tengo que mentir.

--- Berto, sí... Berto. No te oigo, habla más fuerte. Sí, sí... es que voy en el tren y se va la cobertura... Beeeeerrtooooo. ¡¡Ná!!.

La llamada de su amigo no se hizo esperar pero ella dejó que sonara y sonara el teléfono hasta que el señor que ella creía que era de Sudamérica y que llevaba una gorra de esas grandes miró con los ojos "coloraos". Entonces, pulsó el botón rojo del aparato chillón y colgó. Berto ya sabía que había sido ella la primera en llamar y que no había cobertura, le debía una llamada, y eso le daría el tiempo necesario para inventarse el cuento.

Llegó a casa, se descalzó de sus monísimas botas que le habían regalado en su cumpleaños, se quitó los pantalones vaqueros y se puso el pantalón del pijama, después también cambió camiseta de vestir por camiseta de casa y... Llamó otra vez.

--- Berto, verás, no sé como decirte lo que te tengo que decir, pero la verdad es la verdad. Berto, cariño, me gustas mucho pero somos muy jóvenes y yo tengo que estudiar. Creo que deberíamos dejarlo por un tiempo. Y colgó sin esperar ningún tipo de respuesta.

Acto seguido llamó a su amiga Luisita y le dijo: "Vale, dile a Toño que me voy con vosotros al "bailongo". Y apagó el teléfono.

lunes, 10 de enero de 2011

Cazando momentos


Paseamos, Nos dirigimos a la judería. El café con tortilla y torreznos me había dado las energías necesarias para subir. Hablamos, hicimos fotos, nos contamos, en ese poco tiempo que se tiene para hablar cuando cuatro amigos de la fotografía se juntan y comparten el vicio,  nuestras cosas más inmediatas y "contables".

--- Qué tal, ya casi no subes fotos.
--- Si es que solo he tenido once visitas a mi última fotografía.
--- Pero, macho, si es que tú no comentas a nadie.
--- No sé, estoy desanimado... Se necesita tanto tiempo para contestar a los que te dicen cosas que...
--- Ya.
--- Y es que... me confirmo en la idea de que eso del Flickr no es un lugar de fotografía sino una red social.
--- Pues claro. ¡¡Un momentito!!

Y saqué la cámara y empecé a fotografiar este lugar. Siempre que paso por aquí no me resisto a retratarlo. Tendré unas quinientas cincuenta y dos fotos de la Segovia vista desde aquí. Mientras tanto, mi amiguete con el que hablaba, como yo estaba "pesadito" él le daba a la lengua con alguno de los otros dos cazadores de momentos.

¡¡Todos para uno y uno para todos!!