martes, 26 de junio de 2012

El Coloretes


23. ¿Qué detesta más que nada?
• Volver a trabajar en aquel Banco asqueroso y que los amigos me llamen “El Coloretes”.

Hablamos de Pascual Rojo Rubio, madrileño, sesentón, jubilado de una entidad financiera muy conocida, rellenando una encuesta que no ha podido negarse porque se la ha pasado su vecina Asunción.

24. ¿Qué personajes históricos detesta más?
• El General Franco.

Cuando habla de él la cara se le pone colorá, pero aprendió de su tío Martín, el anarquista, nombrar al dictador como “El General Franco” y no como “el hijoputa”, término que utilizaba de joven.

25. ¿Qué hecho militar admira más?
• La bajada hacia Madrid, y la defensa de la Capital, de la columna Durruti en nuestra guerra civil.

26. ¿Qué reforma admira más?
• No quiero saber nada de reformas.

Habla siempre de revolución. Y aunque yo no le entiendo bien, a veces habla de ¿colectividades? en los pueblos de Aragón propiciadas por las columnas de Durruti y Ascaso.

Pascual es valiente, no le cuesta decir lo que piensa. Su mujer Angelines, al leer la encuesta terminada le ha recriminado: “Chico, esas cosas no se dicen, qué les importa a la gente lo de Franco, lo de tu tío Martín y lo del Anarquismo”. Pero Pascual, que acaba de leer un libro sobre Durruti y sus correrías con Ascaso por América asaltando bancos y donando el dinero a distintas organizaciones anarquistas, se reafirma más en sus creencias. “Tú qué sabes, Nines. Lo que habría que hacer ahora es agenciarse un buen pistolón, un pasamontañas para que no te reconozcan, y entrar en el cabronazo de mi banco y darle un buen Palo. Eso. Eso es lo que habría que hacer”. “Dios bendito, Madre mía” es lo que le ha contestado su mujer saliendo hacia la cocina y dejando solo al justiciero Pascual con las venas del cuello a punto de estallar. Toma el teléfono en la mano y hace una llamada.

--- Por favor, ¿me puede pasar con Manolo?
--- Aquí no vive ningún Manolo.
--- Pregunto por Manolo Pérez Ayuso. Es un señor de unos sesenta y tantos años. Cojea. Es calvo y tiene un perrito blanco que también cojea el pobre.
--- Ahhh, seguro que pregunta por Don Manuel.
--- Pues eso: Manolo.
--- Ese señor murió hace tres años que son los años que nosotros vivimos aquí en….

Pascual ha colgado sin esperar que la señora termine de hablar. ¡¡Manolo ha muerto!!

Llama a Angelines, su mujer, y le cuenta que ha muerto su amigo Manolo. Fíjate, Nines, si tenía seis meses menos que yo. Si entramos juntos de botones en el banco. Estoy viendo a Manolillo “El Cojitranco” llamándome "Coloretes", por lo de mis dichosos apellidos, y yo dándole dos patadas y salir corriendo. Nunca me podía coger, por lo de la cojera. Cierro los ojos y tengo a Manolo a mi lado bajando por la Calle Alcalá hacia Cibeles para comprar los bocadillos para los compañeros. “A mí de atún con pimiento morrón” siempre nos pedía el pelota asqueroso de Rodríguez, y de salchichón para Pedrito el oficial de segunda. Nos costaba cinco pesetas pero nosotros les pedíamos siete y con la diferencia zampábamos los dos. Qué bien contaba los chistes de Jaimito. No tengo perdón de Dios, Nines. Ya, ya. Pero tenía que haberle llamado antes. Soy un desastre con los amigos. Y, fíjate Nines, hoy me he acordado de él porque siempre habíamos hablado de organizar un atraco. Y ya no está.

Cómo pasa el tiempo. Cómo cambiamos. Hoy he perdido a mi compinche.

1 comentario:

  1. Como siempre, tus historias me rechiflan. Un punto de humor, un punto de humanidad, y mucha emoción.
    Me cae bien Pascual. Y tomo nota de esta lección: hay que estar muy pendiente de los amigos.
    Besos

    ResponderEliminar